Aunque este miércoles 16 de julio es feriado en Chile por la conmemoración del Día de la Virgen del Carmen, el comercio no está obligado a cerrar. Eso implica que la mayoría de supermercados, centros comerciales y servicios funcionarán con cierta normalidad, y esta dinámica también impacta directamente al sector agroalimentario chileno.

En pleno invierno y con exportaciones activas, el agro chileno mantiene su ritmo. Las plantas de empaque, centros logísticos y transporte hacia los puertos seguirán operando, evitando así cuellos de botella que podrían generar demoras en la salida de productos frescos como frutas, hortalizas o vinos. La continuidad de estos procesos es vital, especialmente para cumplir con estándares internacionales que exigen trazabilidad, certificaciones sanitarias y puntualidad en embarques.

En zonas como O'Higgins, Maule y Ñuble, donde se concentra buena parte de la producción hortofrutícola del país, las empresas han organizado turnos especiales o jornadas reducidas, priorizando la continuidad del flujo exportador. Aunque legalmente pueden operar, algunos trabajadores podrían tomar el día libre por acuerdos internos o convenios colectivos.

El desafío es mantener el equilibrio entre respeto a las tradiciones religiosas y la eficiencia logística que exige un mercado global competitivo. En ese sentido, la agricultura digital y los sistemas de monitoreo remoto están jugando un rol clave: permiten gestionar operaciones en días con menor dotación de personal, asegurando que la cadena agroalimentaria no se interrumpa.

Este feriado pone a prueba la capacidad de resiliencia y tecnificación del agro chileno, que una vez más demuestra que, incluso en días festivos, el campo sigue produciendo, exportando y cumpliendo compromisos internacionales.