La desaceleración del empleo en EE. UU. enciende alertas para Costa Rica en turismo y exportaciones
El aumento del desempleo estadounidense al 4,3 % y la creación de menos puestos de lo esperado golpean la confianza del consumidor, un factor clave para el turismo y las ventas externas costarricenses.
Las últimas cifras del mercado laboral de Estados Unidos encendieron señales de alarma en Costa Rica, país estrechamente vinculado al desempeño de la economía norteamericana. Según el Departamento de Trabajo estadounidense, en agosto se crearon apenas 22.000 empleos, muy por debajo de los 75.000 esperados por los analistas y lejos de los 79.000 registrados en julio. Como consecuencia, la tasa de desempleo subió al 4,3 %, el nivel más alto desde 2021.
Este dato no solo provocó nerviosismo en los mercados internacionales -con caídas en Wall Street y en las bolsas europeas-, sino que también reavivó las expectativas de un recorte de tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) en su próxima reunión del 17 de septiembre. Una decisión de este tipo podría tener implicaciones sobre los flujos de capital hacia economías emergentes como Costa Rica, afectando el tipo de cambio y las condiciones de crédito.
La coyuntura es especialmente sensible porque la economía costarricense depende en gran medida de dos motores vinculados directamente a EE. UU.: el turismo y las exportaciones. De acuerdo con el Instituto Costarricense de Turismo, entre junio y julio de 2025 la llegada de visitantes estadounidenses cayó un 2,7 % interanual, reflejando la menor confianza del consumidor en su país de origen. Con EE. UU. como principal mercado emisor de turistas, cualquier debilitamiento en su economía impacta de manera inmediata al sector local.
En paralelo, las exportaciones costarricenses enfrentan mayores obstáculos. Desde que la administración Trump impuso un arancel del 15 % a productos nacionales, colocar bienes en el mercado estadounidense se volvió más costoso y menos competitivo. Una demanda debilitada en el principal socio comercial agravaría el panorama, afectando tanto el empleo como la producción local.
El debate político en Washington añade incertidumbre. El presidente Donald Trump ha criticado con dureza al titular de la Fed, Jerome Powell, por no bajar antes las tasas de interés, mientras cuestiona las estadísticas laborales y ha removido a la jefa de la oficina de empleo. Estas tensiones generan dudas sobre la transparencia y la estabilidad de los datos económicos, lo que amplifica la volatilidad de los mercados.
A nivel global, los efectos ya se sienten: el dólar retrocedió, los rendimientos de los bonos del Tesoro bajaron y el oro alcanzó un nuevo máximo histórico como refugio de los inversionistas. El contexto confirma que la debilidad del mercado laboral estadounidense es vista como un riesgo inmediato para la economía mundial.
En este escenario, los analistas advierten que Costa Rica deberá seguir de cerca la evolución de la política monetaria en EE. UU. y diseñar estrategias para mitigar los impactos en turismo y exportaciones. Un escenario prolongado de menor crecimiento en el norte implicaría ajustes tanto en la promoción internacional de los destinos turísticos como en la diversificación de mercados para los productos nacionales.
Con los números en la mano, el país enfrenta un desafío claro: sostener su dinamismo económico en un entorno externo menos favorable, donde cada señal proveniente de Estados Unidos se convierte en un factor decisivo para el futuro inmediato de la economía costarricense.