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Acuerdo inesperado abre puerta comercial: EE.UU. y Vietnam sellan nueva fase

EE.UU. y Vietnam sorprenden con un pacto comercial que elimina aranceles para productos estadounidenses, pero impone tarifas del 20% y 40% a las importaciones vietnamitas. ¿Cambio de reglas o maniobra estratégica?

En un giro sorpresivo que sacude la geopolítica comercial, Estados Unidos y Vietnam anunciaron un nuevo acuerdo que redefine las relaciones bilaterales. A cambio de un acceso total al mercado vietnamita para bienes estadounidenses sin barreras arancelarias, Washington impone un arancel del 20% a las importaciones directas desde Vietnam y un 40% para aquellas que llegan en tránsito desde otros países, una medida dirigida principalmente a contener el desvío de mercancías chinas.

Este pacto llega justo antes de cumplirse el plazo autoimpuesto por EE.UU. para activar "tarifas recíprocas" del 46%. La aceleración en las negociaciones, iniciadas en mayo, reflejó una voluntad política para evitar una escalada arancelaria y preservar los flujos comerciales estratégicos entre ambos países.

El déficit comercial de EE.UU. con Vietnam alcanzó los 122000 millones de dólares en 2024, ubicando al país asiático como el tercer mayor generador de desequilibrio en la balanza estadounidense. Con este nuevo esquema, la Casa Blanca busca no solo reequilibrar los números, sino también fortalecer la trazabilidad y reglas de origen en las cadenas de valor.

Una de las cláusulas más relevantes -aunque menos difundidas- es el compromiso de Vietnam de adquirir hasta 2.000 millones de dólares en productos agrícolas estadounidenses, entre ellos frutas frescas como duraznos y nectarinas. Esta apertura promete beneficios directos para el sector agroexportador norteamericano y potenciales efectos indirectos en los mercados latinoamericanos, que también compiten en ese nicho.

En paralelo, se anunció que Vietnam acelerará procesos de deportación de ciudadanos con estatus irregular en EE.UU. y facilitará la operación de servicios tecnológicos como Starlink, reforzando una asociación estratégica integral que va más allá del comercio.

Esta jugada no se da en el vacío. Forma parte de una serie de acuerdos multilaterales recientes que EE.UU. firmó con Reino Unido, China e India, configurando una política exterior basada en el reposicionamiento de las cadenas de suministro globales, la diversificación de mercados y la contención del poder manufacturero chino.

El nuevo esquema arancelario, particularmente el que grava el "transshipment" (transbordo encubierto), establece un precedente. Representa un intento por revalorizar la regla de origen, una herramienta esencial para frenar el comercio elusivo y garantizar la trazabilidad en las cadenas agroalimentarias.

En este contexto, América Latina -como proveedor clave de commodities agrícolas- podría enfrentar nuevos desafíos y oportunidades. El reposicionamiento geopolítico de Vietnam como socio estratégico de EE.UU. lo convierte en un nuevo hub logístico-comercial, afectando las rutas y preferencias de importación estadounidenses.

La región latinoamericana debe observar este acuerdo con atención, no solo por su potencial impacto en el comercio de alimentos, sino porque marca un cambio de reglas en los flujos comerciales globales: integración estratégica sí, pero bajo condiciones más estrictas de origen, transparencia y reciprocidad.

Agrolatam.com
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