La nueva planta de industrialización de cacao, gestionada por la cooperativa Coopekakaw y la Asociación de Productores Orgánicos del Polochic (APODIP), comenzó operaciones en Santa Catalina La Tinta, Alta Verapaz. Equipado con bodegas, módulos de secado, laboratorio de catación y maquinaria especializada, este centro permite la transformación del grano en pasta y licor de cacao, agregando valor directamente en origen.

Con una inversión de 2,6 millones de quetzales canalizada por el MAGA a través del Fondo Nacional de Desarrollo Agropecuario, la planta representa una apuesta fuerte por la industrialización rural y la consolidación del agronegocio cacaotero. Desde la inauguración, se visualiza un impacto inmediato en el mejoramiento de ingresos familiares, calidad productiva y oportunidades comerciales, tanto en el mercado interno como en destinos de alto valor.

El presidente Bernardo Arévalo y la ministra María Fernanda Rivera, presentes en la apertura, coincidieron en describir este proyecto como un ejemplo concreto de desarrollo sostenible, equidad y organización comunitaria. En sus palabras, se trata de una acción que "pone en manos de los productores la posibilidad de crecer, prosperar e innovar con una visión de largo plazo".

Para los productores cacaoteros del Polochic -muchos organizados desde 2003 bajo APODIP- la planta facilita la integración de la trazabilidad, mejora los protocolos de calidad y habilita el ingreso a mercados gourmet y orgánicos, características cada vez más demandadas internacionalmente. Además, ofrece empleo local estable y promueve nuevas formas de cooperación rural.

En términos agroindustriales, esta instalación es un paso decisivo hacia la diversificación productiva. El procesamiento local reduce costos de transporte de grano, abre la puerta a subproductos de mayor margen -como manteca, nibs y tortas de cacao- y refuerza la cadena de valor nacional.

Conclusión: La puesta en marcha de esta planta en el Polochic no solo representa un avance técnico, sino también un hito en la construcción de un modelo agroindustrial inclusivo y sostenible en Guatemala. Más de 5000 familias se integran a un proceso productivo que les permite obtener mejor valor, dignidad laboral y resiliencia económica.