Integración Caribe BID: Canje de Deuda y Fondo Multidonante Impulsan una Nueva Era Regional
Un ambicioso plan del BID busca redefinir la integración del Caribe con una inversión inédita en Haití y la creación de un canje de deuda regional por resiliencia.
En el marco de la Cumbre Brasil-Caribe, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció una batería de medidas sin precedentes para impulsar la integración regional del Caribe, con un fuerte énfasis en la resiliencia climática, la seguridad alimentaria y la inclusión social.
En un gesto que refuerza la cooperación Sur-Sur, el BID destinó R$1.600 millones en donaciones para Haití (US$283 millones), como parte del Plan de Recuperación 2025-2030. La ayuda incluye programas de alimentación escolar, renovación hospitalaria, infraestructura básica y apoyo al sector privado, con miras a descentralizar el desarrollo más allá de Puerto Príncipe.
Pero el anuncio más disruptivo fue el lanzamiento de un programa de canje de deuda por resiliencia, promovido por la presidenta de CARICOM, Mia Mottley, y liderado por el propio BID. Esta propuesta regional -la primera en su tipo- apunta a transformar deuda externa en inversiones orientadas a bienes públicos como infraestructura climáticamente resiliente, salud y educación. Una medida clave para liberar espacio fiscal y enfrentar desafíos estructurales.
Además, el BID lanzó el Fondo Fiduciario Multidonante del Caribe, anclado en el programa ONE Caribbean, que coordina 11 iniciativas regionales enfocadas en desarrollo del sector privado, seguridad ciudadana y gestión de riesgos. Con aportes iniciales de Canadá y el Reino Unido (US$13 millones), el fondo busca escalar mediante la adhesión de nuevos socios, entre ellos Brasil, quien fue anfitrión de la cumbre.

"Estamos ante una oportunidad histórica de articular recursos, cooperación técnica e innovación para fortalecer la región caribeña," expresó el presidente del BID, Ilan Goldfajn. La articulación entre multilaterales, países donantes y líderes caribeños busca romper con el enfoque fragmentado del pasado, apostando a una visión regional integral.
Estas medidas sitúan al Caribe no solo como beneficiario de asistencia, sino como actor estratégico en la agenda global de sustentabilidad, seguridad alimentaria y resiliencia frente a la variabilidad climática.