Bloqueo Arrocero: Productores paralizan Vía al Llano y ponen en jaque el comercio entre Bogotá y Villavicencio
Una protesta masiva de arroceros bloquea completamente la principal vía entre Bogotá y los Llanos Orientales, generando graves afectaciones logísticas y tensiones con el Gobierno. La movilización reclama precios mínimos y políticas urgentes para un sector agrícola clave, en un contexto de creciente vulnerabilidad económica y climática.
Desde las primeras horas del lunes 14 de julio, cientos de productores arroceros bloquean totalmente el kilómetro 82+300 de la Vía al Llano, en el sector de Llano Lindo, uno de los corredores logísticos más estratégicos del país. El cierre fue confirmado por Coviandina, concesionaria del tramo, y por la Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional.
La medida forma parte de una movilización nacional que exige un precio base de sustentación por carga de arroz (125kg) y medidas estructurales para frenar la creciente crisis del sector. El bloqueo, de carácter indefinido, paraliza el tránsito entre Bogotá y Villavicencio, afectando flujos comerciales, transporte de alimentos y conexión con los Llanos Orientales.
Reclamos con raíces profundas
La protesta no es un hecho aislado. Se suma a una serie de bloqueos recientes en Tolima, Huila, Casanare, Meta, Sucre y Santander, donde los arroceros alertan sobre el desequilibrio de la cadena de valor agroalimentaria, marcado por altos costos de insumos, bajos precios pagados al productor y escasa tecnificación.
El gremio denuncia la ausencia de políticas de protección frente a la volatilidad del mercado internacional, el impacto de las importaciones y el incumplimiento de acuerdos previos con el Gobierno. Exigen garantías para la trazabilidad, la estabilidad de precios y el financiamiento productivo, en un contexto de alta variabilidad climática y creciente inseguridad rural.
Colapso logístico y amenaza a la resiliencia agropecuaria
La interrupción del tránsito sobre la Vía al Llano compromete directamente la logística de exportación y el abastecimiento de Bogotá, capital que depende en parte del corredor para la provisión de commodities agrícolas y alimentos perecederos. Esta situación agrava los desafíos estructurales del agro colombiano, que enfrenta infraestructura vial deficiente, altos costos de transporte y débiles esquemas de integración regional.
El cierre también genera impactos indirectos sobre la balanza comercial agropecuaria, al obstaculizar el acceso de productos a puertos de exportación y centros de consumo. Las pérdidas económicas por día son millonarias y reflejan la fragilidad del sistema logístico nacional.
Un llamado urgente al diálogo estructural
Pese a los intentos de mediación, hasta el momento no hay acuerdo entre los productores y el Gobierno Nacional. El Ministerio de Agricultura ha sido convocado a instalar una mesa de concertación inmediata, que permita frenar la escalada del conflicto.
La situación expone la urgencia de construir políticas públicas diferenciadas, que promuevan resiliencia, sustentabilidad y tecnificación del agro colombiano, con foco en los pequeños y medianos productores. También exige replantear los esquemas de subsidios agrícolas, mejorar la infraestructura rural y garantizar una agricultura digital e inclusiva.
El bloqueo de los arroceros no solo refleja un reclamo sectorial: es un síntoma de un modelo agrícola en tensión, que requiere cambios estructurales para adaptarse a los nuevos escenarios de consumo global, cambio climático y competencia internacional. El momento es crítico, y la respuesta del Estado puede marcar el futuro del agro en Colombia.