El Gobierno convoca a panificadores, pero advierte: "quien pare, pierde subsidios"
El Ejecutivo convoca de urgencia a panificadores para evitar el alza del precio del pan, pero advierte que quienes acaten el paro perderán acceso a insumos subvencionados. Escasez de harina y otros productos expone fragilidad del modelo de abastecimiento.
En medio de una creciente escasez de insumos básicos y la amenaza de un paro nacional del sector panificador, el Gobierno de Bolivia convocó a una reunión de emergencia con los productores de pan, pero condicionó el acceso a subsidios al levantamiento inmediato de la medida. El conflicto pone en riesgo el precio y el abastecimiento del pan de batalla, un producto esencial en la canasta básica boliviana.
El viceministro de Defensa al Consumidor, Jorge Silva, fue categórico: "Cada día de paro implica la pérdida automática de ocho quintales de harina, levadura, manteca y azúcar por panificador. No se repondrán". Estas declaraciones llegaron luego de que el gremio advirtiera que podría duplicar el precio del pan, de Bs 0.50 a Bs 1, debido al incumplimiento del suministro estatal de insumos subvencionados.
El modelo de subsidios, bajo presión
La escasez de harina y otros productos panificables -manteca, azúcar y levadura- responde a dificultades logísticas y financieras, agravadas por la escasez de divisas y trabas a las importaciones. Si bien el Gobierno intenta contener los precios a través de subsidios, los panificadores denuncian incumplimientos reiterados en la entrega de insumos y una situación ya insostenible para el sector.
En varias zonas de La Paz y El Alto, vecinos reportaron dificultades para conseguir pan de batalla, lo que refleja la fragilidad del sistema de distribución actual. Silva admitió los impactos en la población, pero responsabilizó al sector por la interrupción del servicio: "Afectan el derecho a la alimentación", aseguró.
Efecto en cadena y presión social
El conflicto no solo amenaza con encarecer el pan, sino que podría provocar un efecto dominó en otros productos agroalimentarios, al generar mayor demanda de sustitutos, presión sobre las harinas alternativas y volatilidad en mercados populares.
El sector panificador -que depende de insumos derivados de la agricultura nacional e importaciones de granos y azúcares- advierte que la incertidumbre logística ha puesto en riesgo la sostenibilidad del sistema de producción diaria, especialmente entre los pequeños panaderos que trabajan sin márgenes.
Además, organizaciones sociales y consumidores presionan al Gobierno para garantizar el abastecimiento. La tensión revela los límites del modelo de subvenciones cruzadas, que no logra sostener el equilibrio entre control de precios y provisión oportuna de insumos.
¿Diálogo o confrontación?
Hasta el momento, el gremio panificador no ha confirmado su asistencia al encuentro convocado para las 11 de la mañana, mientras el Gobierno mantiene firme su postura de no entregar insumos a quienes paralicen actividades.
Desde el Ejecutivo se insiste en que el abastecimiento se normalizará "en los próximos días", aunque no se han detallado mecanismos claros de solución estructural ni medidas de contingencia para garantizar el pan en los barrios afectados.