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Trump, los BRICS y el futuro del agro latinoamericano: ¿Aliados o amenaza?

Mientras los BRICS se reúnen en Río con la notable ausencia de Xi Jinping y Vladimir Putin, América Latina observa con atención. Las decisiones del bloque podrían redefinir los flujos comerciales agrícolas, las alianzas estratégicas y la lucha por un sistema multilateral más justo, en un momento de máxima tensión con Estados Unidos.

La Cumbre de los BRICS en Río de Janeiro despierta incertidumbre en América Latina. No solo por la ausencia de sus dos pesos pesados -Xi Jinping y Vladimir Putin-, sino por la creciente amenaza del retorno de Donald Trump y sus políticas de proteccionismo comercial.

Aunque el eje de la cumbre no sea estrictamente agrícola, sus impactos sí lo serán: los commodities agrícolas latinoamericanos están en el centro de una puja geopolítica por los mercados, las monedas y la influencia internacional.

Aranceles, dólar y exportaciones: lo que está en juego

El expresidente estadounidense ha prometido aranceles punitivos de hasta el 100% para aquellos países o bloques que impulsen sistemas de pago alternativos al dólar. Esta amenaza pone en jaque a los países agroexportadores latinoamericanos, que dependen en gran medida del comercio con EE.UU. y China.

Los ministros de economía y agricultura de la región ven con preocupación la posibilidad de quedar atrapados entre dos modelos: el estadounidense, cada vez más unilateral, y el de los BRICS, con señales de fragmentación interna.

¿Qué implica para el agro latinoamericano?

  1. Diversificación de mercados bajo presión: si los BRICS avanzan en sistemas de pago propios, podría facilitar el comercio intrabloque, pero generar represalias arancelarias de EE.UU., afectando exportaciones clave como soja, café, azúcar, frutas y carne.

  2. Amenaza a la trazabilidad y normas fitosanitarias: los cambios monetarios y geopolíticos podrían dificultar la homologación de normas fitosanitarias, indispensables para mantener acceso a mercados exigentes.

  3. Financiamiento y tecnificación en suspenso: las tensiones globales desincentivan la inversión extranjera en el sector agrícola y obstaculizan el acceso a créditos internacionales para la sustentabilidad y la agricultura digital.

  4. Menor previsibilidad en precios FOB/CIF: la volatilidad financiera global impactará en los costos logísticos y portuarios, clave para la logística de exportación agroalimentaria.

Brasil, liderazgo agroexportador y equilibrios frágiles

Con la presidencia pro tempore del bloque, Brasil busca proyectar una voz de equilibrio entre sus intereses agrícolas, su relación con China y EE.UU., y su aspiración a una mayor soberanía financiera. Pero sin Xi ni Putin, y con India mirando hacia Washington, el margen de acción parece limitado.

La agricultura latinoamericana se encuentra en una encrucijada. Las decisiones que se tomen en Río -o que se eludan- podrían alterar profundamente las cadenas de valor agroalimentarias, la balanza comercial agrícola, y la resiliencia de los países de la región frente a la variabilidad climática y económica.

Más que nunca, se necesita una visión estratégica regional que combine integración comercial, resiliencia productiva y negociación inteligente con ambos bloques globales.

Agrolatam.com
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