El Salvador

Hambre en aumento: se profundiza la crisis alimentaria en El Salvador y golpea con más fuerza a los más pobres

Escasez de alimentos, precios altos y falta de ingresos forman un cóctel que impacta sobre todo en mujeres, niños y familias rurales. Organismos internacionales alertan sobre el deterioro en la seguridad alimentaria.

El Salvador enfrenta una crisis alimentaria creciente, marcada por la disminución en el acceso a alimentos, el aumento de los precios básicos y la persistente falta de ingresos en amplios sectores de la población, especialmente en zonas rurales. Así lo advierten informes recientes de organismos internacionales como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la FAO, que monitorean la evolución del hambre en la región.

Según los últimos datos, más de 800.000 salvadoreños enfrentan inseguridad alimentaria moderada o severa, un número que ha venido en aumento desde 2022. Los sectores más afectados son mujeres jefas de hogar, niños en situación de pobreza, agricultores de subsistencia y comunidades indígenas.

Entre las causas identificadas se destacan la baja producción agropecuaria debido a sequías estacionales, el encarecimiento de fertilizantes, y una alta dependencia de las importaciones que deja al país expuesto a las fluctuaciones internacionales. A esto se suma el impacto de los fenómenos climáticos extremos como las lluvias irregulares y las olas de calor, que han reducido las cosechas.

En los mercados locales, el precio del maíz, frijol y arroz ha subido entre un 15% y 25% en el último año, según registros del Banco Central de Reserva. Para muchas familias, esto implica una reducción directa en la cantidad y calidad de alimentos que consumen diariamente.

Organizaciones humanitarias y redes de sociedad civil advierten que el deterioro alimentario afecta no solo la nutrición, sino también la salud infantil, el rendimiento escolar y la capacidad laboral de los hogares más empobrecidos.

Pese a algunos programas de asistencia del gobierno, como la entrega de paquetes alimentarios y subsidios agrícolas, el alcance es limitado frente a la magnitud del problema. Especialistas en seguridad alimentaria proponen una estrategia estructural, que incluya más apoyo a la agricultura familiar, políticas públicas de largo plazo y fortalecimiento de redes comunitarias de abastecimiento.

Con un 2025 marcado por desafíos sociales y climáticos, la situación alimentaria en El Salvador exige respuestas urgentes y sostenidas, tanto a nivel nacional como en articulación con organismos regionales.

Agrolatam.com
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