Un reciente informe conjunto de la FAO y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) coloca a Haití entre los cinco países más amenazados por la inanición, junto a Sudán, Sudán del Sur, Palestina y Malí. Alrededor de 5,7 millones de haitianos -la mitad de su población- enfrentan inseguridad alimentaria, con casi tres millones en niveles catastróficos o de emergencia, entre marzo y junio.

La combinación letal de violencia de banda, destrucción de cultivos, pobreza extrema y desplazamientos masivos ha devastado el sistema productivo agrícola de Haití. Más de 180 bandas criminales controlan amplias zonas de Puerto Príncipe y otras regiones, paralizando la vida rural y urbana. Esto ha exacerbado el ya frágil tejido social: más de un millón de desplazados internos huyen de la violencia urbana.

El inicio de la temporada de huracanes -proyectando entre 13 y 19 tormentas tropicales- pone en riesgo las ya débiles cosechas e infraestructura. Además, los almacenes humanitarios operan a media capacidad y el PMA asigna apenas 46 millones de dólares para los próximos seis meses, una cifra insuficiente ante un colapso inminente.

Impacto Regional

La crisis haitiana no es un caso aislado. En Colombia, el 15% de la población -unos 7,8 millones de personas- sufre inseguridad alimentaria, impulsada por conflictos internos, inflación y desplazamientos. En Bolivia, la inflación ha dejado al 19% de la población sin acceso a alimentos básicos, a pesar de que la producción sigue en pie. Además, episodios extremos como incendios y lluvias torrenciales agravan la situación regional.

La directora regional del PMA, Lola Castro, recalca que "no hacer nada no es una opción". Subraya que solo una mezcla de paz, ayuda internacional sustancial y financiación continua podrá evitar una tragedia humanitaria irreversible. Por su parte, Marisela Silva Chau, de la Cruz Roja Haitiana, advierte sobre el colapso inminente del sistema sanitario: más del 80% de Puerto Príncipe bajo control armado, con hospitales al 40% de capacidad y 3,7 millones de personas en inseguridad alimentaria extrema.

¿Qué Está en Juego?

• Respuesta internacional urgente: el informe alerta que la crisis podría extenderse a otros 13 países en 2025.

• Paz y seguridad: solo la neutralización del control de bandas permitirá restablecer la producción agrícola y el acceso a mercados locales.

• Inversión sostenida: es vital volcar fondos a infraestructura, trazabilidad de alimentos y resiliencia climática.

• Integración regional: América Latina debe reforzar la cooperación técnica, logística y financiera para contener el impacto humanitario.

La situación de Haití revela cómo las cadenas de valor agroalimentarias, los acuerdos regionales y las normas fitosanitarias quedan en jaque frente a la violencia y el colapso institucional. La región necesita una estrategia integral que combine solución política y asistencia técnica para evitar que la crisis haitiana marque un antes y un después en la seguridad alimentaria continental.