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Los perezosos se mueven: por qué su desplazamiento estacional es clave para el equilibrio ecológico en Bolivia

Con la llegada de la época seca, los perezosos comienzan a movilizarse en busca de alimento y refugio. Este fenómeno natural, que puede parecer menor, es una alerta sobre los desafíos del equilibrio entre conservación y expansión agropecuaria en zonas clave como Guarayos y el norte de Santa Cruz.

Con la llegada de la época seca, Bolivia es testigo de un fenómeno natural que pasa inadvertido para muchos, pero que tiene profundas implicancias ecológicas: el desplazamiento estacional de los perezosos. En regiones como Guarayos y el norte del departamento de Santa Cruz, los ejemplares de esta especie comienzan a moverse en busca de zonas con mayor disponibilidad de hojas y sombra, escapando del calor extremo y la escasez de alimento.

Este comportamiento es parte del ciclo ecológico natural de la especie, pero en los últimos años se ha visto agravado por la pérdida de hábitat, producto del avance de la frontera agropecuaria, la deforestación y la expansión urbana. "El problema no es que se muevan, sino que ahora lo hacen en condiciones más hostiles", advierten desde instituciones ambientalistas locales.

Organizaciones como Conservación Josué y autoridades forestales del municipio de Ascensión de Guarayos trabajan en conjunto para proteger a los ejemplares que se ven forzados a cruzar caminos, áreas intervenidas o incluso zonas urbanas, donde corren el riesgo de ser atropellados, electrocutados o capturados.

En muchos casos, los habitantes locales actúan como primeros respondientes, avisando a los rescatistas ante la presencia de perezosos desorientados. Se estima que al menos 200 ejemplares son auxiliados cada año en esta etapa, aunque los registros podrían ser más altos debido a la dificultad de monitoreo.

Desde el sector forestal, se insiste en la necesidad de articular políticas de conservación con una planificación territorial más responsable, que contemple corredores biológicos y protocolos de resguardo de fauna en zonas de actividad agropecuaria. También se plantea el desafío de educar a las comunidades rurales sobre la importancia de la especie, que cumple un rol clave en la regeneración del bosque y el control de ciertas plagas.

Los perezosos -símbolo de la biodiversidad del oriente boliviano- se han convertido, sin quererlo, en una especie centinela que refleja los efectos de la presión humana sobre los ecosistemas forestales. Proteger su recorrido natural no es solo un acto de compasión, sino una estrategia para preservar el equilibrio entre producción y naturaleza en una de las regiones más ricas y frágiles del país.

Agrolatam.com
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