El Salvador

Dependencia ganadera: El Salvador importa más de la mitad de la carne que consume

Un estudio oficial revela la creciente dependencia del país de la carne extranjera, con Nicaragua como principal proveedor y un mercado minorista marcado por alta concentración.

El consumo de carne bovina en El Salvador depende en gran medida de las importaciones. Según la Superintendencia de Competencia (SC), más del 60 % de la carne que llega a la mesa de los salvadoreños es de origen extranjero, lo que evidencia una creciente dependencia externa y plantea desafíos tanto para la producción local como para el análisis de competencia en el sector.

La investigación comenzó en agosto de 2024 y, aunque el informe final aún no se publica, los resultados preliminares muestran que el mercado salvadoreño está dominado por productos importados. Nicaragua lidera con el 76.5 % de participación, seguido por Costa Rica con el 13.2 % y Estados Unidos con un 3.7 %. El restante 6.6 % se reparte entre Guatemala, Honduras, Panamá, República Dominicana, Colombia, Argentina y China.

De acuerdo con cifras del Banco Central de Reserva (BCR), las importaciones de carne bovina superaron los 238 millones de dólares en 2024, lo que representa un incremento del 10 % respecto al año anterior. Solo Nicaragua exportó más de 182 millones de dólares en carne hacia El Salvador, consolidándose como un socio estratégico para el abastecimiento de proteína animal en el país.

El informe también alerta sobre la concentración en los canales de distribución minorista, donde el mercado está dominado por un número reducido de cadenas, lo que limita la competencia y condiciona los precios para el consumidor final. En la cadena de importación y distribución se observa, además, un nivel de concentración moderado.

La carne bovina, uno de los productos de mayor costo dentro de la dieta salvadoreña, representa el 21.7 % de la canasta alimentaria urbana. En la práctica, esto significa que las variaciones en el precio de la carne tienen un impacto directo en el gasto familiar y en la percepción de inflación de los hogares.

El Salvador no solo depende de carne importada, sino también de frutas y hortalizas provenientes de otros países de Centroamérica, lo que amplía la discusión sobre la seguridad alimentaria. En el último año, el Ministerio de Agricultura y Ganadería también evaluó la entrada de productos cárnicos desde Argentina, Colombia y Paraguay, con el objetivo de diversificar la oferta y reducir riesgos asociados a la dependencia de pocos proveedores.

Especialistas consultados señalan que la situación refleja un doble desafío. Por un lado, la capacidad de la ganadería nacional para abastecer el mercado es limitada, en parte por factores estructurales como la baja tecnificación y los costos de producción. Por otro, el ingreso de carne extranjera a precios competitivos desplaza la producción local y mantiene a los consumidores expuestos a las fluctuaciones del comercio internacional.

El fenómeno también se relaciona con tendencias más amplias en América Central, donde varios países muestran una alta dependencia de las importaciones de alimentos básicos. En este contexto, la carne bovina es un ejemplo claro de cómo las economías pequeñas y abiertas deben equilibrar el acceso a productos accesibles con el fomento a la producción interna.

Los analistas advierten que la dependencia creciente de las importaciones puede comprometer la soberanía alimentaria si no se acompaña de políticas de apoyo al productor local. Además, la concentración en el comercio minorista podría derivar en un control excesivo de precios y márgenes de ganancia por parte de pocos actores, reduciendo el espacio para la competencia.

Aunque la SC subraya la necesidad de continuar con el análisis antes de emitir recomendaciones formales, los resultados ya publicados permiten anticipar posibles medidas orientadas a promover mayor transparencia en la cadena de valor, ampliar la participación de proveedores y fortalecer la producción nacional. La discusión no se limita al ámbito económico: tiene implicaciones sociales directas, ya que la carne de res sigue siendo un alimento central en la dieta salvadoreña y un componente significativo del gasto familiar.

Agrolatam.com
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