El Salvador

La tierra no se detiene: más de 680 sismos sacuden el oeste de El Salvador en una semana

El distrito de San Lorenzo, en Ahuachapán Norte, vive una intensa actividad sísmica desde el 29 de julio. Aunque no hay víctimas, decenas de viviendas resultaron afectadas y las réplicas continúan. El sismo también se sintió en Guatemala.

Una semana de sacudidas en el "país de las hamacas"

El Salvador vuelve a ser sacudido por su geología inquieta. Desde el pasado 29 de julio, el distrito de San Lorenzo, en el municipio de Ahuachapán Norte, ha sido epicentro de una secuencia sísmica que ya suma 685 sismos en apenas ocho días, según informó el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN).

De ese total, 136 movimientos fueron sentidos por la población, en una región conocida históricamente por su vulnerabilidad sísmica y bautizada por generaciones como el "país de las hamacas", en alusión al vaivén constante de la tierra bajo los pies.

La actividad sísmica fue atribuida a fallas geológicas locales, sin relación directa con actividad volcánica o subducción de placas. El primer sismo significativo ocurrió el 29 de julio a las 15:21 horas, con una magnitud de 5.9 en la escala de Richter y una intensidad de VI en la escala de Mercalli Modificada, lo que equivale a un movimiento fuerte, con capacidad para generar daños moderados a estructuras vulnerables.

Réplicas y pronósticos: lo que dice la ciencia

De acuerdo con el MARN, la actividad sísmica continuará en los próximos días, con réplicas esperadas entre magnitudes de 3.0 a 4.0 en la escala de Richter. Esta previsión mantiene en alerta a las autoridades locales y a los habitantes del distrito, muchos de los cuales han reportado daños estructurales en sus viviendas, aunque no se han registrado víctimas ni personas heridas hasta el momento.

Las zonas más afectadas por los sismos son rurales, con alta proporción de viviendas autoconstruidas, lo que eleva el nivel de vulnerabilidad frente a nuevos movimientos. Equipos técnicos del MARN y de Protección Civil realizan monitoreos constantes, inspecciones estructurales y campañas de información comunitaria para orientar a la población.

Por su parte, el Observatorio Ambiental mantiene activa la vigilancia sísmica en toda la región occidental del país, mediante una red de sensores que detecta, clasifica y analiza en tiempo real los eventos sísmicos que ocurren tanto en territorio salvadoreño como en las zonas fronterizas.

Un sismo en Guatemala también se sintió en El Salvador

La noche del 5 de agosto, el MARN reportó otro evento que contribuyó a la inquietud regional: un sismo de magnitud 4.7 en la escala de Richter ocurrido en territorio guatemalteco, pero percibido con claridad en varios puntos de El Salvador, especialmente en el occidente.

El evento ocurrió a las 8:32 de la noche, a una profundidad de cinco kilómetros, y su epicentro se ubicó a siete kilómetros al noroeste de San Lorenzo, pero ya en el lado guatemalteco de la frontera.

El hecho resalta la conexión sísmica regional entre El Salvador y Guatemala, ambos ubicados en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas de mayor actividad sísmica y volcánica del planeta. En estos contextos, los movimientos no respetan fronteras, y las estructuras vulnerables -en viviendas, caminos, escuelas o instalaciones rurales- pueden ser impactadas a pesar de la distancia al epicentro.

Una llamada de atención para la preparación comunitaria

Aunque la mayoría de los sismos reportados son de baja a moderada magnitud, su acumulación en tan corto tiempo genera un estrés emocional y social importante, particularmente en comunidades rurales con escasa infraestructura de emergencia. Además, estos eventos subrayan la necesidad de planes de contingencia actualizados, simulacros, protocolos escolares y refuerzo estructural.

La Dirección General de Protección Civil ha reiterado recomendaciones básicas para la población: mantener mochilas de emergencia, identificar zonas seguras en el hogar, evitar permanecer cerca de estructuras inestables, y estar atentos a los boletines oficiales.

En las últimas décadas, El Salvador ha mejorado notablemente su capacidad de monitoreo y respuesta ante amenazas geológicas, pero los desafíos persisten, sobre todo en zonas rurales y de difícil acceso, donde la falta de inversión en infraestructura y vivienda segura agrava el riesgo ante eventos como estos.

Una tierra que no se detiene, y una población que aprende a convivir con ella

La secuencia sísmica en San Lorenzo es parte del patrón geodinámico natural de El Salvador, pero también es una llamada de atención sobre la necesidad de fortalecer la prevención, la educación sísmica y la inversión pública en zonas vulnerables.

A medida que continúen las réplicas, se espera que los organismos de protección civil, alcaldías y comunidad organizada actúen en conjunto para reducir el riesgo y aumentar la resiliencia. Porque en el "país de las hamacas", donde la tierra se mueve con frecuencia, la preparación es la mejor defensa.

Agrolatam.com
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