Biotecnología en el foco electoral: el agro boliviano reclama modernización urgente
En el primer foro agropecuario previo a las elecciones, los candidatos plantean medidas en torno a la biotecnología, abriendo un debate apremiante sobre la modernización del campo y la necesidad de impulsar productividad con visión de futuro.
El campo boliviano ha ingresado de lleno en el debate electoral. En el primer foro agropecuario organizado en Santa Cruz, representantes de varias fuerzas políticas pusieron en la mesa la biotecnología como posible motor de transformación del agro. La jornada sirvió para medir el grado de compromiso de los aspirantes con la innovación y la competitividad en un sector clave para la economía y el desarrollo rural.
El encuentro congregó a líderes y sectores vinculados al campo en un momento en que la seguridad alimentaria, el cambio climático y la productividad agrícola figuran entre los principales retos nacionales. En este escenario, los aspirantes presentaron propuestas variadas, pero con un eje común: la adopción de tecnologías avanzadas para mejorar los rendimientos y posicionar a Bolivia frente a sus pares en la región.
Entre las iniciativas más destacadas, los candidatos propusieron:
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Fortalecer la investigación genómica y la creación de semillas mejoradas adaptadas al clima de altura o estaciones mixtas.
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Establecer cooperación institucional con universidades nacionales y centros de biotecnología.
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Crear un marco regulatorio ágil para la aprobación de productos biotecnológicos, con énfasis en la seguridad alimentaria y el respeto al medio ambiente.
La ministra de Desarrollo Rural, Eliane Capobianco, cuyo nombre se escuchó durante el evento, ha defendido durante su gestión la bioseguridad y las semillas transgénicas como herramientas para mantener la competitividad de Bolivia en el mercado internacional.
Uno de los expositores subrayó que la región agropecuaria enfrenta un doble desafío: por un lado, la necesidad de garantizar rendimientos altos y sostenibles; por otro, la presión internacional para cumplir con estándares fitosanitarios y de calidad. En este contexto, la biotecnología se presentó no solo como una cuestión productiva, sino estratégica para asegurar ingresos, empleo y esquemas exportadores en el largo plazo.
Voces del sector privado destacan que, sin un impulso decidido a la investigación aplicada, Bolivia corre el riesgo de quedar relegada frente a países vecinos que ya están cultivando variedades híbridas o transgénicas con éxito comercial. Se habló también de investigar en trazabilidad, producción limpia y menores impactos ambientales, gracias al uso de soluciones basadas en biotecnología.
El foro no estuvo exento de críticas. Representantes de organizaciones campesinas advirtieron sobre la necesidad de garantizar la soberanía de las semillas nacionales y evitar la dependencia tecnológica de multinacionales. Pidieron que cualquier política incluya capacitación, licencias libres y protección a los pequeños productores.
Sin embargo, el consenso general fue que el país necesita un marco normativo claro, inversión pública y privada sostenida, y una política de Estado que mantenga estos lineamientos más allá del ciclo electoral.
El foro concluyó con un llamado a articular esfuerzos entre Estado, academia, agroindustria y productores. La modernización del campo, dijeron, no puede depender solo de promesas electorales: debe cimentarse en leyes, fondos e instituciones sólidas.
A 54 días de las elecciones, la agricultura se instala como tema central en las propuestas. El reto ahora es que lo planteado en el foro se traduzca en compromisos vinculantes y acciones concretas que lleguen al corazón del agro boliviano.