Bolivia

Inflación récord en Bolivia: El agro, víctima silenciosa de la escasez de dólares y la parálisis económica

La inflación más alta en 34 años golpea con fuerza al sector agropecuario boliviano, que enfrenta serias dificultades para importar insumos clave, mantener la logística de exportación y sostener su competitividad regional.

Agrolatam.com
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Con un índice interanual del 18,46% en mayo, Bolivia registra su inflación más elevada desde 1991. El fenómeno, alimentado por una aguda escasez de dólares, protestas generalizadas y desorden fiscal, afecta a todos los sectores. Pero el agro, clave en la balanza comercial boliviana, se encuentra entre los más afectados, tanto por la incertidumbre logística como por la falta de insumos importados.

Impacto en las cadenas agroalimentarias

  • Importaciones restringidas: La carencia de divisas limita la adquisición de fertilizantes, agroquímicos, maquinaria y repuestos, aumentando los costos de producción.

  • Trazabilidad y certificaciones en riesgo: Las interrupciones logísticas y la falta de recursos dificultan el cumplimiento de normas fitosanitarias y estándares de exportación, afectando la posición boliviana en mercados exigentes como el brasileño, argentino y europeo.

  • Costos de transporte disparados: El combustible subsidiado escasea, lo que encarece la logística de exportación, especialmente para zonas alejadas de los principales centros de acopio y puertos secos.

La crisis expone la alta dependencia del agro boliviano del acceso a divisas extranjeras y de subsidios indirectos. En este contexto:

  • Los pequeños y medianos productores enfrentan una menor resiliencia ante el aumento de precios, sin acceso a créditos productivos o seguros agrícolas eficientes.

  • Las cooperativas y agroindustrias exportadoras ven limitada su capacidad de tecnificación y cumplimiento con las exigencias de trazabilidad internacional.

  • Se frena la diversificación de mercados y la posibilidad de aprovechar acuerdos comerciales regionales como el MERCOSUR o la CAN.

Desde la Confederación Agropecuaria Nacional y asociaciones de exportadores advierten que, de persistir el contexto actual, las exportaciones de soya, carne bovina y quinua podrían caer un 15% este semestre. El sector agroindustrial alerta que el país está perdiendo su ventaja comparativa en el Cono Sur, donde competidores como Paraguay y Uruguay avanzan con políticas más estables.

  • Restablecer el flujo cambiario agrícola, permitiendo el acceso prioritario a dólares para importación de insumos críticos.

  • Incentivar la tecnificación y sustentabilidad, a través de líneas de crédito específicas y programas con respaldo de organismos multilaterales (FAO, BID, IICA).

  • Reforzar la infraestructura vial y de almacenamiento, para mitigar el impacto logístico en tiempos de crisis.

La inflación récord en Bolivia no solo desestabiliza la economía urbana. También erosiona silenciosamente el tejido productivo agropecuario, base de la seguridad alimentaria nacional y motor clave de sus exportaciones. En un año electoral decisivo, el agro exige políticas urgentes, acceso a divisas y apoyo real para no perder competitividad en un mercado global cada vez más desafiante. 

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