México recibe señales de acercamiento de Canadá tras tensiones comerciales con EE.UU.
El gobierno de Claudia Sheinbaum busca aprovechar la nueva disposición canadiense para fortalecer la relación bilateral, clave dentro del USMCA, y coordinar posiciones frente al proteccionismo estadounidense.
De la fricción al diálogo constructivo
México ha recibido con interés las recientes señales de acercamiento del nuevo primer ministro canadiense, Mark Carney, quien busca recomponer la relación bilateral tras un episodio que tensó los vínculos entre ambos países. La fricción se originó cuando, en medio de las negociaciones comerciales con Washington, Canadá sugirió públicamente la posibilidad de explorar un acuerdo bilateral con EE.UU., dejando a México fuera del marco del USMCA. Esa postura generó malestar en el gobierno mexicano y provocó un enfriamiento en el diálogo político.
En julio, Carney llamó personalmente a la presidenta Claudia Sheinbaum para limar asperezas y transmitir un mensaje de cooperación. Durante la conversación, el mandatario canadiense destacó la importancia de México como socio estratégico y expresó su deseo de visitar el país pronto. El gesto fue interpretado por la cancillería mexicana como una muestra de voluntad política para relanzar la agenda común.
Como parte de este esfuerzo, el gobierno canadiense envió a la ministra de Relaciones Exteriores, Anita Anand, y al ministro de Finanzas, François-Philippe Champagne, a la Ciudad de México. En la reunión con Sheinbaum y su equipo, las partes discutieron temas prioritarios como crecimiento económico, diversificación de mercados, inversión energética y cooperación en seguridad regional. Las autoridades mexicanas destacaron el tono constructivo de las conversaciones y la coincidencia en que el fortalecimiento de la relación bilateral es clave para la estabilidad regional.
Un frente común frente al proteccionismo estadounidense
Este nuevo impulso a la relación México-Canadá ocurre en un contexto de crecientes tensiones comerciales con Estados Unidos. Washington impuso un aumento de aranceles del 35 % a los productos canadienses, mientras que México obtuvo una prórroga de 90 días para negociar y evitar un ajuste similar. Este margen abre la posibilidad de coordinar estrategias entre ambos socios para defender el comercio regional.
México considera que mantener la solidez del USMCA es fundamental para proteger las cadenas de valor que sostienen miles de empleos en los tres países. En la visión del gobierno mexicano, una relación fuerte con Canadá no solo amplía las oportunidades de inversión y comercio bilateral, sino que también mejora la capacidad de negociación frente a políticas unilaterales de Washington.
La Secretaría de Economía ha subrayado que la cooperación con Canadá debe incluir defensa conjunta del tratado, diálogo técnico en materia arancelaria, y colaboración en áreas emergentes como energías limpias, innovación tecnológica y modernización de infraestructura.
Analistas del sector comercial en México destacan que este acercamiento podría derivar en una agenda más amplia que incluya proyectos trilaterales de infraestructura y logística, fortaleciendo la competitividad de América del Norte frente a otros bloques económicos. El reto será transformar esta oportunidad en resultados concretos antes de que finalicen las negociaciones arancelarias con EE.UU.
Con un nuevo tono diplomático y la disposición de ambos gobiernos a dejar atrás las tensiones, México y Canadá podrían consolidar un frente común que combine intereses comerciales, energéticos y estratégicos, asegurando que la región mantenga su relevancia en el comercio global.