OCDE alerta que la inestabilidad política puede frenar el crecimiento económico de Perú
El organismo internacional proyecta que el PIB peruano crecerá 2,8% en 2025 y 2,6% en 2026, pero advierte que la fragmentación política, la inseguridad y los riesgos externos podrían limitar el desempeño.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió que la incertidumbre política en Perú amenaza con desacelerar el crecimiento económico, debido al debilitamiento de la confianza empresarial y del consumidor.
En su más reciente Estudio Económico sobre Perú, el organismo subrayó que, tras el repunte de 2024 -cuando la economía creció un 3,3 %-, la actividad se ralentizará en los próximos años: el PIB aumentaría 2,8 % en 2025 y 2,6 % en 2026.
La OCDE recordó que desde 2016 el país ha tenido seis presidentes y numerosos cambios ministeriales, lo que ha profundizado la percepción de inestabilidad institucional. A ello se suma una elevada fragmentación política, con más de 40 partidos inscritos para las próximas elecciones, un escenario que, según el reporte, "podría dificultar el consenso para adoptar reformas que favorezcan el crecimiento".
Si bien la reciente aprobación del sistema legislativo bicameral podría mejorar los procesos legislativos y la supervisión, el informe advierte que no resolverá por completo la fragmentación política.
El organismo también destacó que el aumento del crimen y la inseguridad pueden erosionar la confianza social y empresarial, mientras que los eventos climáticos extremos representan un riesgo adicional para la infraestructura y la agricultura.
No obstante, la aceleración de Asociaciones Público-Privadas (APP), la agilización de permisos y una inflación contenida podrían compensar parte de estos factores negativos, apoyando la inversión y el consumo privados. La inversión total como porcentaje del PIB cayó en 2023 y 2024, pero comenzó a recuperarse en la segunda mitad de 2024 y continuó con mayor dinamismo en 2025 gracias a estas medidas.
La OCDE advirtió que persisten obstáculos estructurales: imprevisibilidad regulatoria, debilidad del Estado de derecho, corrupción, litigios tributarios prolongados y deficiencias en infraestructuras, todos considerados trabas para la inversión local y extranjera.
El secretario general del organismo, Mathias Cormann, señaló que para financiar las inversiones necesarias en infraestructura, educación, protección social y adaptación al cambio climático, será clave una mayor eficiencia en el gasto y el fortalecimiento de instituciones fiscales que aseguren la sostenibilidad de la deuda.
En cuanto a la política monetaria, la OCDE recomendó mantener un enfoque neutral, dado que la inflación se encuentra dentro del rango objetivo del Banco Central (1 % - 3 %), lo que permite preservar la estabilidad de precios frente a riesgos internos y externos.
Riesgos externos
El informe alertó que una desaceleración más fuerte de China podría reducir la demanda de exportaciones y presionar a la baja los precios del cobre, que representan casi el 30 % de las exportaciones totales de Perú. Una caída de este mineral afectaría la balanza comercial, las finanzas públicas y las inversiones mineras, impactando especialmente en las regiones productoras.
Asimismo, las restricciones migratorias en países de origen de remesas y el aumento del proteccionismo global podrían limitar ingresos y desacelerar las exportaciones. La OCDE advirtió también sobre los riesgos de la volatilidad financiera internacional, que podría endurecer el crédito, depreciar el tipo de cambio y afectar la inversión.
Sin embargo, resaltó que el país cuenta con fortalezas para enfrentar choques externos: baja deuda externa, amplias reservas internacionales, un sistema financiero sólido y una balanza de pagos sostenible.
Con este panorama, la OCDE considera que Perú debe aprovechar su resiliencia macroeconómica para avanzar en reformas que fortalezcan la confianza, impulsen la inversión y reduzcan la vulnerabilidad frente a la inestabilidad política.