Panamá quiere entrar al Mercosur: presión diplomática para acelerar su incorporación
El gobierno panameño intensifica gestiones para integrarse al bloque regional como Estado asociado. Argumenta beneficios económicos mutuos y una necesidad estratégica frente a los nuevos desafíos del comercio internacional. La adhesión, sin embargo, depende de la voluntad política de los países miembros.
Panamá ha retomado con fuerza su aspiración de ingresar al Mercosur como Estado asociado, en una estrategia que combina interés económico, diplomacia regional y reposicionamiento estratégico. La solicitud, que lleva varios años sobre la mesa, fue reactivada formalmente por las autoridades panameñas durante los últimos encuentros diplomáticos con representantes del bloque.
Durante una intervención reciente en Montevideo, el embajador de Panamá en Uruguay, Edwin Barrientos, reclamó una mayor celeridad en los procesos de incorporación, alegando que su país está listo para establecer un vínculo más profundo con el Mercosur y contribuir activamente al fortalecimiento de la integración regional.
"Panamá está preparado para consolidar un acuerdo de asociación con el Mercosur. Compartimos valores, desafíos y un mismo horizonte de desarrollo económico y comercial. Lo que pedimos es que se acelere el mecanismo de diálogo institucional", expresó el diplomático en declaraciones públicas.
Actualmente, Panamá mantiene acuerdos de cooperación e intercambio comercial con varios países del bloque, en particular con Brasil, Argentina y Uruguay. Su interés por integrarse como Estado asociado apunta a fortalecer su posición como hub logístico regional y ampliar sus canales de exportación hacia el Cono Sur.
Desde la perspectiva panameña, la pertenencia al Mercosur le permitiría aprovechar sinergias en áreas clave como agricultura, tecnología, infraestructura y servicios financieros, al tiempo que proyectaría su economía hacia un mercado ampliado de más de 260 millones de habitantes.
Por su parte, algunos analistas destacan que la incorporación de Panamá traería ventajas al bloque, al sumar un socio con acceso estratégico al canal interoceánico, una plataforma logística sólida y vínculos estables con mercados de América del Norte, Asia y Europa.
Sin embargo, la decisión de aceptar a Panamá como Estado asociado requiere consenso entre los miembros plenos del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). Si bien no se prevén mayores objeciones técnicas, el clima político y la dinámica interna del bloque pueden ralentizar el proceso.
Cabe recordar que otros países -como Chile, Bolivia (antes de convertirse en miembro pleno), Colombia, Ecuador y Perú- también han sido reconocidos como Estados asociados, lo que les permite participar en negociaciones comerciales y foros regionales sin acceso pleno al arancel externo común.
En este contexto, la diplomacia panameña busca ganar apoyos concretos. Según fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá, ya se han enviado notas formales y se proyectan encuentros bilaterales con cancillerías del Mercosur para profundizar las conversaciones.
La coyuntura actual del bloque también podría jugar a favor de Panamá. Con el avance de nuevas alianzas globales, la modernización del Mercosur y el impulso a acuerdos bilaterales, la apertura a nuevos socios estratégicos gana relevancia como una forma de dinamizar su proyección internacional.
Desde el ámbito empresarial panameño, también se apoya la iniciativa. Cámaras de comercio y agroexportadores consideran que el vínculo con el Mercosur facilitaría el intercambio de bienes, el acceso a tecnologías agroindustriales y la participación en cadenas de valor regionales.
"Este tipo de acuerdos no solo tienen un impacto económico. También fortalecen la estabilidad regional y la cooperación entre países que comparten una misma visión de desarrollo productivo," expresó un representante de la Cámara de Comercio de Panamá.
Mientras tanto, los países miembros del Mercosur evalúan sus propias prioridades de política exterior y comercio, lo que podría determinar el ritmo de las próximas decisiones.
Por ahora, Panamá mantiene firme su postura y busca que 2025 sea el año en que finalmente logre su incorporación oficial como Estado asociado al bloque. La pelota está en la cancha de los socios plenos.