Ecuador

Paro indígena deja pérdidas por USD 20 millones en el agro ecuatoriano

El sector florícola concentra el mayor daño, con USD 14 millones, seguido por la producción lechera. Los bloqueos afectan el abastecimiento en Imbabura, Pichincha y Cotopaxi.

El paro indígena que este martes 7 de octubre cumple 16 días ya genera fuertes consecuencias para el sector agropecuario ecuatoriano, especialmente en la Sierra centro-norte, donde se concentran las principales zonas productoras de flores, leche y hortalizas.
Según el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Danilo Palacios, las pérdidas acumuladas hasta el inicio de esta semana ascienden a USD 20 millones, con una afectación particularmente severa en la floricultura, que representa USD 14 millones del total.

"Las provincias más golpeadas son Imbabura y parte de Pichincha y Cotopaxi. En esas zonas los productores no han podido sacar su mercancía, los camiones no circulan y la cadena de frío se rompe", explicó el ministro en entrevista con Radio Platinum.

El sector lechero también figura entre los más perjudicados, con pérdidas estimadas en USD 1,1 millones hasta el lunes 6 de octubre. Palacios advirtió que los daños "seguirán en aumento" si las vías permanecen bloqueadas.

Impacto productivo y logístico en la Sierra

El titular de la cartera agropecuaria señaló que los bloqueos y las manifestaciones afectan directamente a los pequeños productores que dependen de la venta diaria de leche, flores, frutas y hortalizas. "Muchos productores me han llamado desesperados: están perdiendo su producción. De forma irresponsable se está afectando la economía de quienes supuestamente representan", lamentó.

La zona central de la Sierra, añadió Palacios, es la más afectada por las interrupciones en el transporte, coincidendo además con áreas donde se detecta minería ilegal y contrabando fronterizo, lo que agrava la situación de seguridad.

El ministro también denunció extorsiones y presiones a productores rurales, obligados a no sacar sus productos del campo o a participar en las marchas. "Hay casos donde se impide la salida de camiones y se cobra por permitir el paso, o directamente se obliga a los agricultores a unirse a las protestas", afirmó.

El conflicto, originado tras la eliminación del subsidio al diésel, impacta a sectores que dependen del combustible para el transporte y la operación de maquinaria agrícola. "El diésel también alimenta economías ilícitas. Cuando se restringe ese subsidio, hay grupos que buscan presionar políticamente usando al productor como escudo", sostuvo el funcionario.

A pesar de las dificultades, Palacios aseguró que no hay desabastecimiento total de alimentos en los mercados. "No se ha sentido que el consumidor llegue y no encuentre el producto. Hemos logrado mantener un flujo controlado de abastecimiento, con convoyes y acompañamiento policial", explicó.

No obstante, reconoció que los costos logísticos aumentaron debido a los desvíos y rutas más largas que deben tomar los transportistas, lo que podría trasladarse a los precios locales si el conflicto se prolonga. "Estamos vigilando para evitar la especulación, pero inevitablemente el transporte más extenso encarece la operación", añadió.

En el caso del sector florícola, los mayores daños se deben a la imposibilidad de exportar a tiempo, lo que genera pérdidas irreversibles por la naturaleza perecedera del producto. Los centros de acopio y empacadoras han reducido su actividad y algunas fincas suspendieron temporalmente operaciones.

El impacto acumulado sobre el agro ecuatoriano podría superar los USD 25 millones si las protestas se extienden durante el resto de la semana. La cadena lechera, que moviliza cerca de 6 millones de litros diarios, enfrenta además pérdidas por falta de recolección y deterioro del producto.

Mientras tanto, el Ministerio de Agricultura coordina con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional el desplazamiento de convoyes que garanticen el paso de alimentos a los centros urbanos. "Hemos establecido horarios de circulación y protección a productores. Es una medida temporal, pero necesaria para evitar un quiebre del suministro", indicó Palacios.

La situación del agro, particularmente en la Sierra norte, refleja el costo económico y social del conflicto: pérdidas millonarias, menor flujo comercial y deterioro de la confianza en el campo. El desafío inmediato, según el ministro, será restablecer la normalidad y reconstruir la cadena productiva que sostiene a miles de familias rurales.

Agrolatam.com
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