Uruguay

Productores bajo alerta: denuncian irregularidades en los aportes del gobierno uruguayo al INIA

La financiación al Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria entra en el centro del debate. Reclamos por demoras, montos inferiores a lo estipulado y opacidad administrativa generan malestar en el sector productivo.

El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), organismo clave para el desarrollo tecnológico y la competitividad del agro uruguayo, está en el centro de una polémica por la forma en que el Estado está cumpliendo con sus aportes obligatorios.

Según fuentes del sector, el gobierno no estaría transfiriendo los recursos en tiempo y forma, lo que no solo afecta la operativa del instituto, sino que pone en cuestión el cumplimiento del acuerdo legal que establece que por cada dólar aportado por los productores, el Estado debe transferir otro monto equivalente.

De acuerdo con la ley que rige al INIA, el financiamiento debe ser compartido entre el sector privado y el Estado. Sin embargo, en los últimos años los aportes estatales han sufrido recortes, demoras y una falta de previsibilidad que preocupa a las gremiales.

Desde el sector productivo aseguran que no hay información clara ni actualizada sobre cuánto ha transferido el Estado ni en qué plazos, y reclaman mayor transparencia. La inquietud se profundiza al observar que los aportes privados se ejecutan con rigurosidad, mientras que los públicos acumulan retrasos.

Impacto institucional y reacción del sector agropecuario

La situación afecta directamente la capacidad de INIA para planificar, ejecutar y sostener proyectos de investigación estratégica, varios de los cuales son fundamentales para la adaptación al cambio climático, la mejora genética, la sanidad animal y el desarrollo de tecnologías aplicadas.

Las autoridades del instituto han expresado su preocupación internamente, aunque sin emitir declaraciones públicas de confrontación. Desde las gremiales agropecuarias, en cambio, el malestar crece, al considerar que el incumplimiento del aporte estatal es una señal política negativa hacia el agro.

En paralelo, referentes del sector señalan que esta dinámica podría debilitar la credibilidad institucional del INIA, tanto a nivel nacional como en su rol internacional como referente en innovación agropecuaria.

A pesar de los cuestionamientos, el Ministerio de Ganadería ha sostenido que los recursos están "en proceso" de asignación, pero no ha aclarado los montos exactos ni los cronogramas comprometidos. Esto refuerza la percepción de discrecionalidad y descoordinación administrativa.

Mientras tanto, la preocupación se expande entre técnicos, investigadores y productores, que ven en la investigación agropecuaria una herramienta clave para sostener la competitividad del agro uruguayo en un contexto global cada vez más exigente.

Agrolatam.com
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