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Crisis de la papa: productores abandonan la cosecha para no perder dinero

En el sudeste bonaerense, los productores de papa enfrentan el peor año de la última década. Con precios por el piso y costos que superan los ingresos, muchos optan por dejar el cultivo bajo tierra antes que levantarlo y trabajar a pérdida.

El sector papero argentino atraviesa un momento crítico. En el semáforo económico de Coninagro, la papa figura desde hace meses en la luz roja, la que identifica a las producciones que hoy están en crisis por problemas de precios, competitividad o restricciones comerciales. Y este 2025 no ha sido la excepción: los productores aseguran que es el peor año en una década.

En el sudeste bonaerense, región emblemática de la producción, muchos agricultores directamente optan por no levantar la cosecha y dejar los tubérculos en el campo. Según datos del sitio especializado Argenpapa, la decisión responde a una crisis de sobreproducción y a la caída sostenida de los precios, que hacen inviable el negocio. "Es más caro levantar la papa que dejarla bajo tierra", señaló Sergio Constantini, productor de Balcarce y director del medio.

La Federación Nacional de Productores de Papa (FENAPP) coincide en el diagnóstico. Su presidente, Alfredo Pereyra, explicó que no se trata de un problema atribuible a un único factor: "No le podemos echar la culpa al gobierno ni al dólar barato. Es un combo de cosas que nos deja fuera de competencia". Entre los principales motivos, mencionó la suba de costos, el peso del arrendamiento de campos en el sudeste bonaerense y la falta de rentabilidad: "Para una bolsa que se vende a 3.000 pesos, el productor debe afrontar 2.500 pesos de costos entre mano de obra, logística, flete y comisiones. No queda absolutamente ninguna ganancia".

Lo paradójico es que esta crisis productiva ocurre en simultáneo con un aumento del consumo interno. La papa sigue siendo uno de los alimentos más baratos y completos de la canasta, aun con los incrementos registrados en julio. Sin embargo, la demanda interna es inelástica: no importa cuán bajo sea el precio, los consumidores no pueden incorporar más de lo que ya consumen.

La buena producción del año agrava el escenario. En el sudeste, la competencia con la papa que llega desde Córdoba y Tucumán es cada vez más fuerte. Y a esto se suma otro problema: las industrias de prefritos y derivados enfrentan un cierre de mercados internacionales, impactadas por la irrupción de China e India como grandes proveedores. "Una tonelada de papa se pagaba el año pasado 150 euros en Europa, ahora apenas 15. Al mundo le sobra papa", advirtió Pereyra.

Crisis de la papa: productores abandonan la cosecha para no perder dinero

Este fenómeno golpea directamente en el comercio exterior argentino. Brasil, que era junto con China el principal destino de la industria de prefritos, ahora recibe exportaciones europeas a bajo costo, lo que deja fuera de juego a los productores locales. Incluso la reciente inauguración de la planta de Lamb Weston en Mar del Plata, que había impulsado la expansión del área cultivada, hoy enfrenta un panorama complejo: la papa sobra y los mercados se achican.

En este contexto, desde la federación plantean la necesidad de planificación interna. Pereyra lo sintetizó con crudeza: "Hay que sembrar un poco menos porque tenemos papa de sobra. No hay mucha vuelta que darle".

La crisis de la papa refleja la fragilidad de las economías regionales argentinas, atravesadas por ciclos de sobreoferta, costos altos y mercados internacionales cada vez más competitivos. Mientras los productores luchan por sobrevivir, queda claro que la discusión de fondo será cómo diseñar políticas de agregado de valor y diversificación de destinos, para que la papa argentina no siga quedando relegada en un tablero global donde sobran jugadores.

Agrolatam.com
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