Siete meses de encarecimiento: suben los precios del tomate, maíz blanco y maicillo
Un sondeo oficial revela incrementos de hasta 80 % en productos básicos, mientras algunos vegetales y frutas registraron caídas en sus precios.
En apenas siete meses, el bolsillo de las familias salvadoreñas sintió con fuerza el impacto de la escalada en los precios de alimentos esenciales. Datos de la Defensoría del Consumidor muestran que el rábano, el maicillo y el tomate para ensalada encabezan la lista de incrementos, con variaciones cercanas al 80 % entre febrero y agosto de 2025.
De acuerdo con los informes, el rábano pasó de $0.10 a $0.18 por unidad, lo que significa un alza del 80 %. El quintal de maicillo, uno de los granos más consumidos en zonas rurales, se disparó de $17.74 a $31.88, mientras que el tomate saltó de $0.28 a $0.50 la unidad, equivalente a un incremento de 78.6 %.
El aumento no se limitó a las hortalizas. El maíz blanco, base de la dieta nacional, pasó de $20.39 a $31.40 por quintal, con una diferencia de más de $11 en promedio nacional. Comerciantes del mercado central habían advertido meses antes que la libra de maíz subía entre $0.05 y $0.15, llegando incluso a $0.40 en algunos puestos.
Otros alimentos también mostraron alzas importantes: el güisquil blanco subió un 55.6 %, mientras que el aguacate Hass, la lechuga, el perejil y el güisquil oscuro registraron incrementos de entre 24 % y 40 %.
Algunos precios se mantuvieron estables durante el periodo. La cebolla blanca conservó su valor en $0.25 por unidad, al igual que el güisquil criollo, que se mantuvo en $0.33.
No todo fue alza. El limón criollo fue el producto con mayor caída: se redujo un 40 %, pasando de $0.10 a $0.06. También se abarataron el ajo (de $0.27 a $0.17) y la papa, que hacia finales de agosto se cotizaba a $0.50 la libra.
Otros alimentos con descensos fueron el limón pérsico, apio, naranja de jugo, melón, cilantro, pipián, papaya tainung, remolacha cruda y la carne de res por libra.
La fotografía que dejan los informes es la de un mercado volátil, donde la canasta básica combina fuertes incrementos con descensos puntuales. Para los hogares salvadoreños, el desafío está en equilibrar el gasto alimentario, en un contexto en el que la Defensoría del Consumidor publica información de manera menos frecuente, limitando la capacidad de reacción frente a los cambios.
La evolución de los precios en los próximos meses dependerá de la oferta agrícola, las condiciones climáticas y los costos de comercialización, factores que seguirán marcando la accesibilidad de los alimentos más comunes en la dieta nacional.