El açaí tacana de Bolivia ya se vende en Estados Unidos gracias a un modelo sostenible
El fruto amazónico, cosechado de forma silvestre por comunidades indígenas del norte de La Paz, llegó a EE.UU. a través de una alianza entre productores, empresa privada y organismos internacionales.
El açaí boliviano, cosechado de manera silvestre por los indígenas del pueblo tacana, comenzó a llegar este mes a Estados Unidos en un paso histórico para la diversificación de exportaciones amazónicas. El envío es resultado de un contrato directo entre la franquicia estadounidense Fruitive, especializada en comida saludable y orgánica, y la empresa boliviana Biofood Srl, que trabaja con comunidades para proyectar sus productos hacia mercados internacionales.
La iniciativa cuenta con el respaldo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y de WWF Bolivia, como parte del proyecto Bosques Sostenibles, financiado por la Unión Europea y Suecia. Este esquema busca no solo abrir mercados, sino también garantizar la conservación de los bosques y un uso responsable de los recursos naturales.
En territorios del norte del departamento de La Paz, en comunidades como Santa Rosa de Maravilla, Tumupasa y Carmen Pecha, las familias tacanas desarrollan un plan de manejo que les permite aprovechar el açaí sin talar las palmeras. De las casi 12.000 hectáreas que conforman el territorio de Carmen Pecha, unas 350 están destinadas a esta actividad bajo estrictos criterios de sostenibilidad. Los hombres escalan palmeras de hasta 18 metros con arneses para cosechar los racimos, mientras que las mujeres participan en el proceso de despulpado y preparación del fruto.
"Para nosotros ha sido una oportunidad", comentó Leónidas Zambrana, productor de Carmen Pecha, quien resaltó el impacto positivo en el empleo local: la cosecha involucra a los varones y el procesamiento genera trabajo para las mujeres. En un contexto de crisis económica, el açaí se ha transformado en una alternativa de ingresos estable y respetuosa con el entorno.
El presidente del Consejo Indígena del Pueblo Tacana (Cipta), Jorge Canamari, subrayó que la recolección se realiza "de manera natural y amigable con la flora y fauna", sin afectar la regeneración de las palmeras, que tardan más de una década en producir frutos. "No se tumba absolutamente ni una palmera. Lo cosechamos con trepado seguro, incentivando la conservación y generando ingresos económicos a nuestras familias", explicó.
La empresa Biofood, que ya trabajaba con recolectores de Pando, Beni y Santa Cruz, integró a las comunidades tacanas a fines de 2024 gracias a la intermediación de la FAO. "Nuestra bandera es el açaí, pero existe una infinidad de productos amazónicos que podemos llevar a nuevos mercados, siempre apoyando a la conservación y generando medios de subsistencia", indicó Martín Dick, gerente de la compañía.
El interés de Fruitive por el fruto boliviano fue inmediato, al punto de considerar una exclusividad de compra por la calidad del producto. En Estados Unidos, el açaí ya se comercializa en forma de helados y batidos frente a la Casa Blanca, según confirmó la representante adjunta de la FAO en Bolivia, Rosse Noda, quien destacó la importancia de la articulación entre productores, empresa privada y cooperación internacional.
Este mismo esquema también se aplica en otras regiones del país, donde el açaí se integra en programas de desayuno escolar o se procesa para la Empresa Boliviana de Alimentos y Derivados (EBA). Para las comunidades tacanas, sin embargo, la apertura del mercado estadounidense representa un reconocimiento al valor de su producción sostenible y a su compromiso con la conservación del bosque amazónico.