El baby mango colombiano conquista el mercado internacional
El baby mango de Colombia pasó de ser desconocido a convertirse en una fruta premium exportada a EE.UU. y Europa, destacada por su dulzura y calidad.
La apuesta por el baby mango colombiano está dando frutos. Desde las tierras cálidas de Santa Marta, productores nacionales han logrado posicionar esta variedad como una nueva joya tropical en los mercados internacionales, especialmente en Estados Unidos, donde su consumo crece de manera constante.
En solo tres años, el producto pasó de ser una curiosidad exótica a convertirse en un segmento emergente dentro de la categoría de frutas premium, impulsado por la apertura del mercado estadounidense y el creciente interés por frutas de conveniencia, dulces y saludables.
El gerente comercial Carlos Leal explica que el proyecto nació con una meta clara: aprovechar la habilitación sanitaria de Estados Unidos para el mango colombiano y consolidar envíos regulares por vía marítima. "En la primera temporada enviamos cinco contenedores; hoy superamos los veinte y esperamos seguir creciendo en 2026", señaló.
Actualmente, la producción se organiza en dos ciclos anuales: el principal, de febrero a agosto, y uno secundario, conocido como "pícaro", entre octubre y diciembre. Con 42 fincas propias, la empresa garantiza un suministro continuo y un estricto control de calidad desde el campo hasta el destino final.
Además del baby mango, los productores trabajan con variedades tradicionales como Tommy Atkins y Keitt, lo que les permite mantener la infraestructura operativa todo el año y atender diferentes nichos de mercado.
"Podemos procesar hasta seis contenedores diarios, lo que nos da flexibilidad para adaptarnos a la demanda global y planificar un crecimiento sostenido", explicó Leal.
Una fruta pequeña con gran potencial internacional
El baby mango se caracteriza por su tamaño compacto (entre 60 y 120 gramos), pulpa dulce, aroma intenso y ausencia de fibra, cualidades que lo hacen ideal para el consumidor moderno que busca alimentos naturales, fáciles de consumir y con alto valor sensorial.
Se exporta fresco y listo para comer, con diferentes presentaciones: cajas de 2, 4 o 12 kilos, además de envases tipo clamshell para segmentos minoristas. Su principal destino son importadores y distribuidores estadounidenses, que lo comercializan a través de cadenas de supermercados y tiendas gourmet.
Sin embargo, su condición de producto premium también responde a los exigentes requisitos fitosanitarios de Estados Unidos, que incluyen procesos de irradiación obligatorios por parte del USDA y la FDA.
"Cumplir con estas normas incrementa los costos logísticos, pero también refuerza el valor del producto. Una vez que los consumidores lo prueban, entienden por qué vale pagar más", señaló Leal.
A estos costos se suma el arancel del 10% impuesto en 2024, además del gasto asociado al transporte desde las fincas hasta los centros de irradiación y la posterior distribución, manteniendo siempre una cadena de frío controlada.
Pese a los desafíos, el mango colombiano mantiene su competitividad gracias a su calidad, trazabilidad y sabor distintivo. Estados Unidos sigue siendo su principal destino, pero los exportadores avanzan ahora hacia Europa, donde el interés por frutas tropicales sostenibles y certificadas va en aumento.
Leal adelantó que ya existen negociaciones con importadores de Alemania, los Países Bajos, Francia y Suiza, que comenzarán con embarques aéreos de prueba para luego escalar a envíos marítimos. La participación en ferias internacionales como Fruit Attraction (Madrid) y IFPA Anaheim (California) se ha convertido en la puerta de entrada a nuevos mercados.
"El objetivo es seguir creciendo y posicionar al baby mango como un producto icónico de Colombia en el mundo", concluyó Leal, convencido de que esta fruta resume lo mejor del país: innovación agrícola, calidad tropical y orgullo exportador.
Con su expansión internacional y su aporte a la diversificación agrícola del Caribe colombiano, el baby mango ya se perfila como la próxima bandera del agro colombiano, junto al café, el banano y las flores.