Un biopackaging chileno que promete revolucionar la fruta: más vida útil y menos hongos
Investigadores chilenos lograron crear un innovador envase comestible a base de algas, con propiedades antifúngicas, que podría transformar la industria hortofrutícola reduciendo pérdidas y mejorando la conservación de la fruta.
La industria hortofrutícola chilena podría estar a las puertas de un cambio trascendental gracias a un desarrollo científico con sello local. Investigadores del Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREAS), en colaboración con el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), presentaron un biopackaging comestible y biodegradable a base de algas, que no solo prolonga la vida útil de las frutas, sino que además actúa como barrera natural contra los hongos.
La propuesta, que busca sustituir envases plásticos convencionales, se compone de un film elaborado con alginatos -derivados de algas- y extractos de plantas con propiedades antifúngicas, lo que le otorga la capacidad de retrasar el deterioro de la fruta y reducir el uso de químicos poscosecha.
Un potencial transformador para el agro chileno
Chile, como potencia exportadora de frutas frescas, enfrenta pérdidas millonarias cada año debido al deterioro poscosecha y la presencia de hongos. Esta solución tecnológica podría ser un aliado estratégico para la agroindustria, reduciendo mermas y elevando los estándares de inocuidad exigidos por mercados internacionales.
Según el equipo de investigación, el biopackaging demostró resultados sobresalientes en ensayos con arándanos, cerezas y uvas, prolongando su frescura y conservando sus propiedades organolépticas por más tiempo.
Una respuesta sostenible a un desafío global
En un contexto de creciente presión para disminuir el uso de plásticos de un solo uso, el avance chileno representa una oportunidad para avanzar hacia la sostenibilidad. Además, la utilización de algas como materia prima fortalece la economía local y promueve una industria limpia y amigable con el medio ambiente.
"Estamos orgullosos de poder contribuir con innovación a un problema que preocupa en todo el mundo. El biopackaging permite un triple beneficio: menor desperdicio, mayor inocuidad y reducción de plásticos", destacó uno de los investigadores responsables del proyecto.
Próximos pasos y perspectivas
Los impulsores de este envase natural planean avanzar en su validación a nivel industrial, evaluando escalabilidad, costos y la posibilidad de ampliar su uso a otras frutas e incluso hortalizas. Además, se proyectan pruebas para verificar su eficacia en exportaciones de larga distancia, donde la cadena de frío y el tiempo de transporte son críticos.
Con estas perspectivas, Chile se posiciona nuevamente como un referente en soluciones innovadoras para el sector agroalimentario, integrando ciencia, sostenibilidad y valor agregado para competir en un mercado global cada vez más exigente.