Escasez de diésel encarece la zafra cañera en Bolivia y retrasa la cosecha hasta noviembre
El costo del transporte por tonelada de caña aumentó de Bs 6 a Bs 8, mientras los productores enfrentan largas filas para abastecerse de combustible y advierten un fuerte impacto en los costos de cosecha y semillas.
El sector cañero de Santa Cruz enfrenta uno de sus escenarios más difíciles de los últimos años debido a la escasez de diésel, que ha elevado los costos logísticos y amenaza con prolongar la zafra hasta noviembre. Según el dirigente de la Federación de Cañeros de Santa Cruz, Humberto Rivero, el costo de transporte por tonelada de caña aumentó de Bs 6 a Bs 8, un alza del 33 % en apenas semanas.
"La incidencia negativa es que no hay la cantidad de diésel que se requiere. Si usted va por los surtidores, siempre hay por lo menos unos 60 o 70 camiones esperando", explicó Rivero, al señalar que muchos productores deben recurrir al mercado negro para poder mover su producción. Esta situación, advirtió, encarece aún más los fletes y afecta directamente la rentabilidad del cultivo.
El dirigente subrayó que la falta de combustible no solo retrasa las operaciones de campo, sino que también pone en riesgo la producción, ya que muchas cuadrillas no logran trasladar la caña cortada a los ingenios en el tiempo óptimo. "La gente cree que todos los cañeros tienen camiones; no es así. La mayoría depende de servicios externos, y esa logística hoy está paralizada o cuesta casi el doble", lamentó.
Costos en alza y riesgos para la producción
Actualmente, unas 25.000 hectáreas de caña permanecen aún sin cosechar, lo que podría extender la zafra hasta mediados de noviembre, cuando en años anteriores solía finalizar a mediados de octubre. "Si hubiera diésel suficiente, ya estaríamos en la recta final, con entre 5.000 y 10.000 hectáreas por levantar, pero la falta de combustible nos frenó completamente", señaló Rivero.
El problema no se limita a los cañeros. Desde la Asociación de Productores de Semillas (Asosemillas), su presidente Pedro Pellegrino advirtió que la escasez de diésel también afecta la cosecha y el transporte de semillas hacia las plantas de beneficiamiento. "El agricultor puede tener diésel para su cosechadora, pero hay filas interminables de camiones en los surtidores, y eso significa un freno inmediato para trasladar la producción", indicó.
De acuerdo con Pellegrino, el impacto económico ya es considerable: los costos de cosecha aumentaron entre 35 % y 40 %, al igual que el costo de transporte, lo que terminará reflejándose en el precio final de las semillas y en la estructura general de costos de los productores.
Las zonas de San Pablo (Beni) y Guarayos, que ya se encuentran en plena cosecha, enfrentan las primeras dificultades logísticas, mientras que otras regiones como Colonia Piraí y San Pedro están por iniciar sus labores sin un panorama claro de abastecimiento. "No hay una luz al final del túnel", reconoció Pellegrino, al advertir que, de mantenerse la situación, la próxima campaña podría iniciar con serios problemas de planificación y financiamiento.
Los productores coinciden en que la falta de previsión y distribución irregular de diésel afecta a todo el sistema agroindustrial, desde la cosecha hasta el transporte y la molienda. En el caso de la caña, la logística de la zafra depende de miles de camiones y tractores que deben operar de forma sincronizada para mover el producto desde los campos hasta los ingenios. Cualquier interrupción en el suministro de combustible genera pérdidas por deterioro de la materia prima, incremento de los tiempos de traslado y mayores costos para los transportistas.
El incremento de los fletes y del diésel también afecta las cooperativas de servicios mecanizados, que operan para varios productores pequeños. Estas entidades advierten que, de no regularizarse el suministro, el costo operativo superará la rentabilidad esperada de la zafra.
En el contexto actual, los dirigentes del sector solicitan al Gobierno medidas urgentes para garantizar el abastecimiento de diésel agrícola, especialmente en regiones productivas de Santa Cruz y el Beni, donde la cosecha se encuentra en su punto más crítico. Sin una respuesta inmediata, el sector advierte que la extensión de la zafra y el aumento de costos podrían tener efectos en cadena sobre el precio del azúcar, el alcohol y los subproductos derivados.
La zafra cañera 2025, que inició con buenas expectativas de rendimiento, podría cerrar con márgenes menores a los previstos si persiste la falta de combustible. En palabras de Rivero, "producir sin diésel es imposible; sin transporte no hay zafra, y sin zafra no hay caña ni empleo".