Brasil impulsa exportaciones de melón con fuerte demanda europea
Las ventas de septiembre crecieron 39% interanual, con 32.000 toneladas enviadas a Europa y precios en alza tras el cierre de la temporada española.
Las exportaciones de melón de Brasil alcanzaron un fuerte crecimiento en septiembre de 2025, consolidando al país como uno de los principales proveedores de fruta tropical al hemisferio norte.
De acuerdo con datos de Comex Stat, se enviaron 32.000 toneladas, lo que representa un aumento del 279% frente a agosto y un crecimiento interanual del 39%.
El valor exportado subió un 60% en el mismo período, reflejando tanto el incremento de los volúmenes como los mejores precios en los mercados internacionales.
El repunte responde principalmente al fin de la temporada de melones en España, cuyo cierre dejó espacio en los anaqueles europeos. Con Castilla-La Mancha como última zona en cosechar, los menores volúmenes españoles impulsaron la entrada del melón brasileño en el mercado comunitario.
La producción estable en los polos de Rio Grande do Norte y Ceará (RN/CE) permitió responder rápidamente a la demanda, aprovechando la ventana comercial del otoño boreal. Según colaboradores de Hortifrúti/Cepea, gran parte de las exportaciones correspondió a la variedad Piel de Sapo, muy demandada por su firmeza y vida poscosecha.
Los principales destinos fueron Países Bajos, Reino Unido, España y Argentina, y se espera que las exportaciones se mantengan firmes durante los próximos meses, mientras continúa la transición entre campañas europeas.
Producción con altibajos en el centro de Brasil
En contraste con el buen desempeño exportador, la zafra de melón 2025 en Lagoa da Confusión (Tocantins) tuvo resultados dispares.
La campaña, iniciada en junio y finalizada en septiembre, enfrentó márgenes ajustados en su etapa inicial debido a precios internos bajos, aunque la rentabilidad mejoró hacia el final del ciclo.
El clima favorable en la primera mitad del año permitió un desarrollo óptimo del cultivo, con rendimientos tempranos de hasta 40 toneladas por hectárea. Sin embargo, las temperaturas bajas en el sur y sudeste de Brasil redujeron la demanda y presionaron los precios mayoristas.
Durante junio, los valores de venta no cubrieron los costos de producción, lo que llevó a pérdidas generalizadas entre los productores.
Con la llegada de condiciones más secas y cálidas en julio y agosto, aumentó la presión de plagas y enfermedades, incluyendo orugas, virus y oídio, que exigieron mayores aplicaciones de defensivos y elevaron los costos.
Aun así, la productividad final promedió 36 toneladas por hectárea, un 21% más que el año pasado. Este incremento compensó parcialmente la suba de los costos, que se dispararon 25% interanual por el aumento en mano de obra, combustible, alquiler de tierras y agroinsumos.
De acuerdo con los informes de Cepea, la rentabilidad promedio cayó un 10% respecto a 2024, con un margen neto estimado en US$ 0,08 por kilo.
Aunque la eficiencia productiva permitió atenuar las pérdidas, el sector advierte que los niveles de rentabilidad siguen siendo bajos frente al riesgo climático y sanitario.
Perspectivas para la campaña 2026
Los productores de Tocantins prevén que los costos se mantendrán altos en 2026, lo que hace imprescindible sostener altos rendimientos para conservar la viabilidad económica del cultivo.
La disponibilidad de agua, el control sanitario y la planificación logística serán factores determinantes para mantener la competitividad frente a las regiones del nordeste, donde las condiciones de riego y cercanía a los puertos favorecen las exportaciones.
En el noreste, las empresas productoras continúan ampliando infraestructura y apostando por contratos de abastecimiento con supermercados europeos, mientras consolidan su presencia en mercados como Reino Unido y Países Bajos, donde el melón brasileño ha ganado espacio frente a competidores africanos.
A nivel global, Brasil se consolida como un actor clave en el suministro contraestacional de frutas frescas. El éxito exportador del melón, junto con la expansión de cultivos de uva, mango y papaya, refuerza la posición del país como líder latinoamericano en producción frutícola de exportación.