Brasil inunda el mercado de jengibre y desploma los precios internacionales
El exceso de oferta brasileña impacta en Europa y América del Norte, mientras productores locales esperan un alivio hacia fin de año.
El mercado mundial de jengibre atraviesa un momento de fuerte presión por la abundante oferta procedente de Brasil, que junto con los envíos de China ha provocado un colapso de precios en varios países importadores. Desde mediados de año, las cotizaciones en Italia, Países Bajos, Francia y Alemania han caído a niveles incluso por debajo de los costos de producción, un escenario que se extendería al menos hasta octubre, según los propios operadores del sector.
En Italia, uno de los principales destinos europeos, el precio del jengibre brasileño ronda los 2,30 a 2,40 euros por kilo, muy por debajo de los valores considerados sostenibles. En el mercado mayorista de Milán, las cajas de 13 kilos se venden por unos 15 euros, reflejando un desplome que comenzó en junio y que golpea con fuerza a comerciantes e importadores. La abundancia de producto se explica en parte por el desvío de cargamentos hacia Europa ante las tarifas impuestas por Estados Unidos al jengibre brasileño, que encarecen su ingreso a ese país.
En los Países Bajos, otro centro clave de redistribución en Europa, los precios también permanecen deprimidos. Un importador explicó que las cajas brasileñas de 13,6 kilos se ofrecen en torno a los 17 euros, mientras que las de origen chino, seleccionadas y de mayor calidad, alcanzan los 23 euros. A pesar de que la demanda mejora con el fin del verano, la disponibilidad sigue siendo tan grande que los precios no se acercan a niveles rentables.
Brasil, entre Europa y Norteamérica
El impacto de Brasil en el comercio internacional se amplifica por el reacomodo de flujos hacia América del Norte. En Estados Unidos, la tarifa del 50% al jengibre brasileño ha reducido el ingreso de volúmenes, dando espacio a Perú, que incrementa sus envíos, mientras China mantiene un flujo constante. En consecuencia, parte del producto brasileño que antes iba al mercado estadounidense ahora busca salida en Europa, presionando aún más los precios.
En cifras, el jengibre brasileño en EE.UU. se cotiza actualmente entre 26 y 27,90 euros por caja de 13,6 kilos, ligeramente más bajo que el jengibre peruano, que se paga entre 27,90 y 31,60 euros. Si bien la diferencia de precios parece reducida, el impacto de las tarifas aduaneras hace que Brasil pierda competitividad en ese mercado.
Repercusiones en otros continentes
En Francia, el regreso a clases impulsa el consumo de bebidas y productos de bienestar que utilizan jengibre, pero los altos volúmenes provenientes de Brasil y China mantienen el mercado bajo presión. Algo similar ocurre en Alemania, donde la recuperación tras el verano se ve frenada por el exceso de oferta y las demoras logísticas en el Canal de Suez.
Fuera de Europa, en Sudáfrica, los productores locales enfrentan precios bajos por la competencia del jengibre importado, principalmente brasileño, que llega en grandes cantidades. A pesar de ello, el balance del año ha sido positivo y los agricultores confían en una recuperación hacia noviembre gracias a nuevas plantaciones y expansión de área cultivada.
Los analistas coinciden en que el mercado de jengibre seguirá débil al menos hasta octubre, cuando se espera que se reduzca la presión de los stocks acumulados del verano. La campaña brasileña, que suele extenderse hasta fin de año, todavía mantiene envíos significativos.
Al mismo tiempo, el crecimiento de la producción en China, con un 15% más de volumen este año, añade un factor adicional de competencia. Aunque Perú continúa dominando el segmento orgánico, Brasil y China marcan el pulso del mercado convencional.
En este contexto, Brasil se ha convertido en el actor decisivo de la actual crisis de precios: su expansión productiva y los desvíos comerciales por los aranceles estadounidenses han multiplicado la presencia de su jengibre en Europa, forzando a la baja las cotizaciones y generando un efecto dominó en toda la cadena.
Para los próximos meses, el desafío será doble: por un lado, los agricultores brasileños deberán sostener la rentabilidad frente a precios deprimidos; por otro, los mercados internacionales buscarán absorber un excedente que, por ahora, mantiene al jengibre como un producto abundante pero poco rentable.