La revolución verde de los pesticidas: Brasil acelera el desarrollo de soluciones sustentables
Científicos y empresas brasileñas avanzan en la formulación de pesticidas más seguros y ecológicos. La innovación biotecnológica y las nuevas regulaciones abren paso a una generación de productos que protegen cultivos sin comprometer la salud ni el medio ambiente.
La agricultura brasileña atraviesa un proceso transformador en el uso de defensivos agrícolas, impulsado por la necesidad de reducir impactos ambientales, mejorar la seguridad alimentaria y responder a las crecientes demandas del mercado internacional. En este contexto, los pesticidas sustentables ganan protagonismo, con nuevas moléculas, formulaciones biológicas y tecnologías de aplicación que buscan equilibrar productividad y sostenibilidad.
El sector científico y la industria están desarrollando una nueva generación de fitosanitarios con menor toxicidad, mayor especificidad y menor persistencia en el ambiente. Se trata de soluciones que apuntan a controlar plagas, enfermedades y malezas sin afectar organismos no objetivo, reducir residuos en alimentos y disminuir la contaminación de suelos y aguas.
Uno de los avances más destacados es la expansión del uso de pesticidas biológicos, también llamados bioinsumos. Estos productos, formulados a partir de microorganismos benéficos como bacterias, hongos y virus, actúan sobre los agentes patógenos sin alterar el equilibrio ecológico. En Brasil, su adopción ha crecido más de un 30% en los últimos cinco años, especialmente en cultivos de soja, caña de azúcar, maíz y frutas.
Las universidades, centros de investigación y startups biotecnológicas juegan un rol clave en esta transformación. Desde la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) hasta empresas emergentes del ecosistema agtech, el país se consolida como un polo de innovación en protección vegetal con enfoque sustentable.
"No se trata solo de sustituir el químico por el biológico, sino de rediseñar el manejo agrícola con base en el conocimiento ecológico," explicó un investigador de Embrapa Cerrados. En ese sentido, la integración de métodos -como el control biológico, el monitoreo de plagas, la rotación de principios activos y el uso de herramientas de agricultura de precisión- permite maximizar la eficiencia y minimizar los riesgos.
El avance también se refleja en nuevas regulaciones impulsadas por el Ministerio de Agricultura y la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), que han acelerado la evaluación de productos biológicos y exigido estudios más rigurosos sobre seguridad ambiental y humana para nuevas moléculas sintéticas.
La presión del consumidor también empuja el cambio. Cada vez más mercados internacionales -especialmente la Unión Europea- imponen restricciones a residuos de pesticidas en frutas, granos y otros productos agropecuarios. En este escenario, la adopción de prácticas sustentables se convierte en una estrategia comercial tanto como agronómica.
Desde el punto de vista de mercado, los pesticidas sustentables representan una oportunidad de diversificación para el agro brasileño. Las empresas del sector reportan un crecimiento sostenido en la demanda de bioinsumos, y los bancos de desarrollo comienzan a financiar proyectos que integran innovación tecnológica con reducción del impacto ambiental.
Además, los nuevos pesticidas sustentables abren puertas para sistemas de certificación diferenciada, como producción integrada, agricultura regenerativa y orgánica, lo que permite al productor acceder a nichos de mayor valor agregado y fortalecer su reputación ante consumidores más exigentes.
Sin embargo, los desafíos son relevantes. Aún persiste una brecha de acceso a tecnologías en pequeños y medianos productores, la falta de técnicos capacitados en manejo integrado, y la necesidad de ampliar la infraestructura para producción y distribución de bioinsumos. También se requiere mayor inversión en comunicación y extensión rural, para desmitificar el uso de estas nuevas herramientas y acelerar su adopción.
El futuro de la protección de cultivos en Brasil parece estar marcado por la coexistencia entre diferentes tecnologías, pero con un claro protagonismo de aquellas que garantizan más seguridad, menor impacto y mayor eficiencia. La transición ya está en marcha, y quienes se anticipen tendrán ventajas competitivas tanto en el campo como en el mercado.