Brasil desarrolla probióticos de uso agrícola a partir de cepas avícolas: innovación para suelos más sanos y cultivos más fuertes
Investigadores brasileños avanzan en una tecnología inédita: el uso de probióticos originalmente destinados a pollos, adaptados para su aplicación en suelos agrícolas. La innovación promete mejorar la salud del suelo, reducir agroquímicos y potenciar la productividad vegetal de manera sostenible.
La ciencia agropecuaria brasileña da un paso audaz hacia una agricultura más sostenible. Investigadores del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología de Microbiomas (INCT), en conjunto con la Universidad Federal de Viçosa (UFV), desarrollan un sistema innovador basado en probióticos originalmente utilizados en aves de corral, ahora adaptados para su aplicación directa en cultivos.
Se trata de bacterias beneficiosas seleccionadas por su acción positiva en el tracto intestinal de pollos, pero que ahora están siendo estudiadas por su potencial para mejorar la estructura y microbiología del suelo agrícola. La investigación apunta a que estas cepas, al entrar en contacto con las raíces de las plantas, pueden activar mecanismos similares que estimulan la absorción de nutrientes, refuerzan las defensas naturales del cultivo y optimizan el desarrollo vegetal.
"Estamos cruzando fronteras entre disciplinas," explica el microbiólogo Paulo Fioreze, uno de los coordinadores del proyecto. "La microbiota intestinal de los animales comparte muchas funciones con la del suelo. Al adaptar estos probióticos, buscamos regenerar suelos empobrecidos, reducir la dependencia de agroquímicos y mejorar la resiliencia de los cultivos frente al estrés."
El proyecto comenzó como una línea paralela dentro de estudios sobre nutrición animal, donde se identificaron cepas con alta capacidad de colonización, resistencia al estrés y producción de sustancias bioactivas. A partir de esas observaciones, los investigadores aislaron y cultivaron bacterias del género Bacillus y Lactobacillus, ampliamente conocidas por su uso en alimentación avícola.
La innovación ya fue sometida a pruebas piloto en cultivos de maíz, soja y hortalizas en Minas Gerais y Goiás. Los resultados iniciales muestran aumentos del 15 al 25% en biomasa radicular y una reducción significativa en la necesidad de fertilizantes nitrogenados. También se reportaron menores tasas de enfermedades fúngicas, como la pudrición radicular, y un incremento en la retención de humedad en suelos tratados.
Una ventaja clave del enfoque es su compatibilidad con la agricultura regenerativa y orgánica. A diferencia de los productos químicos, los probióticos agrícolas no dejan residuos tóxicos, no generan resistencia y pueden integrarse fácilmente a manejos agroecológicos. Además, su producción es relativamente económica, aprovechando infraestructura ya existente en plantas de biofábricas avícolas.
Brasil, líder en producción avícola y agrícola, encuentra en esta convergencia una oportunidad estratégica. El país cuenta con más de 4.000 millones de pollos alojados al año y millones de hectáreas de cultivos extensivos, lo que abre la puerta a sinergias industriales y logísticas entre ambos sectores.
Empresas del sector agrobiotecnológico ya mostraron interés comercial. Se espera que los primeros productos registrados con esta tecnología lleguen al mercado en 2026, bajo la categoría de bioinsumos para el suelo. El Ministerio de Agricultura, por su parte, ha incorporado este desarrollo dentro del Plan Nacional de Bioinsumos, que busca reducir en un 10% el uso de químicos sintéticos en cinco años.
Además del potencial productivo, los beneficios ambientales también son significativos. Al mejorar la microbiología del suelo, estos probióticos contribuyen a la captura de carbono, la disminución de la erosión y el equilibrio del pH. Asimismo, pueden ayudar a restaurar suelos degradados y fortalecer la sostenibilidad de zonas de frontera agrícola.
Los desafíos por delante incluyen asegurar la estabilidad de las cepas en condiciones de campo, ampliar los estudios sobre interacción planta-microbio y capacitar a los productores para su aplicación correcta. "No es magia: es biología aplicada con precisión," resume Fioreze.
Mientras tanto, el campo brasileño observa con expectativa. En un contexto donde la presión por producir más con menos se vuelve crítica, los probióticos agrícolas nacidos del gallinero podrían ser una herramienta clave para un agro más productivo, resiliente y respetuoso del ambiente.