El precio del cacao continúa su tendencia alcista, alcanzando valores que no se registraban desde hace décadas. Esta situación pone en jaque a un segmento clave de la cadena: los pequeños productores de chocolate ecológico, quienes deben absorber los incrementos sin poder trasladarlos completamente al consumidor final.

En este contexto, los márgenes de rentabilidad se reducen, y muchas iniciativas basadas en el comercio justo, la agroecología y la producción artesanal enfrentan mayores dificultades para sostener sus operaciones. El aumento de costos no solo afecta la compra de materia prima, sino también el acceso a otros insumos y certificaciones, fundamentales en el segmento ecológico.

Además, el modelo sustentable de producción está bajo presión en medio de un mercado global volátil y competitivo. Si bien la demanda de chocolate orgánico sigue firme, el encarecimiento del cacao pone en riesgo la viabilidad de muchos emprendimientos que hasta ahora lograban destacarse por su propuesta ética y ambiental.

Productores de América Latina, África y otras regiones exportadoras coinciden en que el desafío ya no es solo climático o técnico, sino también financiero. Frente a este nuevo escenario, se vuelve clave repensar las estrategias de comercialización, buscar apoyos institucionales y fortalecer los vínculos directos con consumidores conscientes.