China reduce sus compras de soja por el encarecimiento de la oferta brasileña
Las altas primas de la soja brasileña, que superan los US$2,8 por bushel, desincentivan las compras chinas y podrían llevar a Pekín a recurrir a sus reservas estatales.
El mayor importador mundial de soja, China, ha reducido el ritmo de sus compras internacionales ante el aumento de las primas de la soja brasileña, que encarecen los embarques y presionan los márgenes industriales del país asiático. Operadores del mercado aseguran que Pekín podría utilizar parte de sus reservas estatales para cubrir la demanda interna en los próximos meses, a la espera de una nueva baja de precios con la próxima cosecha sudamericana.
Según fuentes comerciales consultadas por Reuters, China aún necesita adquirir entre ocho y nueve millones de toneladas de soja para los envíos correspondientes a diciembre y enero, después de haber asegurado cargamentos hasta noviembre mediante fuertes compras a Argentina en las últimas semanas.
El repunte de las primas brasileñas y las tensiones comerciales persistentes entre Washington y Pekín continúan excluyendo del mercado a los proveedores de Estados Unidos, mientras los compradores chinos evalúan opciones más competitivas en la región.
"China no está comprando soja estadounidense por la guerra comercial, y la brasileña es demasiado cara", explicó un operador de una empresa agroexportadora con sede en Shanghái. "El país podría recurrir a sus reservas nacionales hacia fin de año, hasta que empiece la nueva cosecha sudamericana", añadió.
Primas históricamente altas y márgenes en retroceso
Las primas de la soja brasileña -el sobreprecio que los compradores pagan sobre el contrato de referencia de la Bolsa de Chicago- se ubican actualmente entre US$2,8 y US$2,9 por bushel sobre el contrato de noviembre (SX25). En comparación, las primas de la soja estadounidense rondan los US$1,7 por bushel, lo que amplía la brecha de competitividad y complica las decisiones de compra de los industriales chinos.
Los márgenes de trituración -que miden la rentabilidad del procesamiento de la soja en aceite y harina- han permanecido en territorio negativo durante gran parte del segundo semestre de 2025, según los operadores. Esto ha reducido el incentivo de las plantas procesadoras chinas para asegurar cargamentos con entrega en diciembre y enero.
"Los trituradores no están motivados para comprar ahora porque los costos de Brasil se han vuelto demasiado altos. Esperan que los precios bajen con la próxima cosecha", comentó otro comerciante con base en Shanghái.
En este contexto, muchos importadores anticipan una reducción temporal de la demanda, compensada por el uso de inventarios internos, hasta que la oferta del nuevo ciclo agrícola sudamericano alivie la presión sobre los precios.
Brasil se prepara para una cosecha récord
El foco del mercado está puesto en Brasil, que se consolida como el principal proveedor mundial de soja. De acuerdo con la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), se espera que los agricultores brasileños cosechen un récord de 177,64 millones de toneladas en la temporada 2025/26, unas seis millones de toneladas más que en el ciclo anterior.
Se estima que los envíos de la nueva cosecha podrían comenzar a finales de enero de 2026, lo que ayudaría a moderar los precios internacionales y restablecer el flujo comercial con China. "Los nuevos embarques desde Brasil podrían llegar a partir de febrero, lo que estabilizaría el mercado", señaló una segunda fuente comercial consultada.
El retraso en las compras chinas refleja el mayor peso de Brasil en la formación de precios globales y cómo los costos logísticos, las condiciones climáticas y las tensiones geopolíticas influyen cada vez más en la dinámica del comercio agrícola.
A la espera de la próxima cosecha sudamericana, los analistas prevén que China mantenga un ritmo cauteloso de compras, priorizando la estabilidad de precios internos y el abastecimiento mediante sus reservas estratégicas.