Colombia pierde sus glaciares: el deshielo avanza y el país se queda sin nieves perpetuas
En solo dos años, Colombia perdió casi el 7% de su área glaciar. El fenómeno de El Niño y el cambio climático aceleran un proceso que podría borrar los glaciares tropicales del país en menos de una década.
Un país que se despide del hielo: 91% de los glaciares ya han desaparecido
Colombia enfrenta una de las transformaciones más drásticas de su historia ambiental: en solo dos años, el país perdió el 6,8% de su superficie glaciar, según datos del Ideam. De los seis glaciares tropicales que aún existen, el Nevado Santa Isabel es el más crítico, con una reducción del 45% entre 2022 y 2024. Su extinción total podría ocurrir en apenas cinco años.
El caso más simbólico es el del glaciar Conejeras , que desapareció por completo a comienzos de 2024. Localizado en el Parque Nacional Natural Los Nevados, fue durante 18 años el glaciar más monitoreado del país. Su pérdida no es solo una señal del cambio climático: es un hito en la historia glaciológica de Colombia.
Otros nevados también muestran cifras alarmantes. El Nevado del Tolima perdió un 8,2% de su superficie, el Nevado del Ruiz un 6,6%, y la Sierra Nevada de Santa Marta un 8,7%. En la Sierra Nevada El Cocuy o Güicán, que alberga la mayor superficie glaciar del país, la pérdida fue del 7,4%. Glaciares como los de Güicán, Cerros de la Plaza y Pico Blanco podrían desaparecer antes de 2026.
Desde mediados del siglo XIX, Colombia ha perdido el 91% de sus nieves perpetuas: de 349 km², hoy apenas quedan 30,83 km². Y si la tendencia se mantiene, el país podría quedar completamente sin glaciares en unas pocas décadas.
El Niño acelera la pérdida y deja huella en los glaciares colombianos
El reciente fenómeno de El Niño 2023-2024 dejó una marca profunda en los glaciares del país. Solo en la Sierra Nevada El Cocuy, provocó una reducción del 22% mayor que la observada en el evento de 2015-2016. En el glaciar Ritacuba Blanco, se midió una pérdida de 7 metros de espesor en un solo año.
Factores como la baja altitud, el poco espesor del hielo y la presencia de ceniza volcánica, que reduce la capacidad de los glaciares para reflejar la radiación solar, contribuyen a un derretimiento más acelerado. Estos elementos convierten a los glaciares colombianos en relictos extremadamente vulnerables.
Pero la desaparición del hielo no es solo una pérdida paisajística. Los glaciares cumplen funciones vitales: regulan el clima local, abastecen cuencas como el Magdalena y el Cauca, y son parte del patrimonio cultural de comunidades indígenas y campesinas que habitan sus entornos.
El Ideam hace un llamado a sostener el monitoreo técnico y fortalecer el conocimiento ciudadano, a través de experiencias de glaciología participativa que ya se desarrollan en el Tolima y el Santa Isabel. En un contexto de cambio climático global, la educación ambiental y la acción local se vuelven esenciales para adaptarse y resistir a la pérdida de uno de los símbolos naturales más emblemáticos del país.