Cuba

Cuba depende de importaciones de frutas y hortalizas en medio de la crisis agrícola

En los mercados de La Habana abundan papas de EE.UU., ajos y cebollas de China y naranjas de Chile, mientras la producción local sigue estancada por restricciones estatales.

La crisis agrícola en Cuba ha profundizado la dependencia del país de las importaciones de productos frescos, en un escenario donde las políticas estatales siguen limitando la autonomía de los agricultores y frenando la recuperación productiva.

En los mercados de La Habana ya es común encontrar naranjas importadas desde Chile, así como ajos y cebollas provenientes de China y papas de Estados Unidos, mientras los cultivos nacionales permanecen rezagados. La situación contrasta con décadas anteriores, cuando la isla era proveedora de cítricos y otros alimentos básicos hacia Europa y Asia.

Restricciones estructurales

La ingeniera Yulieta Hernández denunció en redes sociales que la dependencia de importaciones no es solo un problema de precios, sino también la evidencia de la ausencia de políticas que promuevan la producción local. Señaló que los agricultores y cooperativas no pueden decidir libremente qué sembrar ni cómo comercializar, dado que la tierra sigue bajo control estatal y el sistema de Acopio mantiene el monopolio de la compra y distribución de alimentos, fijando precios y canales de venta.

A esto se suman problemas recurrentes como la escasez de combustible y fertilizantes, la falta de semillas certificadas, la precariedad del riego, la carencia de financiamiento y el uso de maquinaria obsoleta, factores que en conjunto han debilitado severamente la capacidad productiva.

Según Hernández, la innovación privada sigue siendo penalizada y las asociaciones de productores independientes son criminalizadas, lo que bloquea iniciativas que podrían revitalizar el agro.

Entre sus planteamientos, Hernández sugirió avanzar en una reforma agraria profunda que otorgue propiedad de la tierra a los agricultores, elimine el monopolio de Acopio y permita ventas directas entre productores y consumidores. También abogó por la legalización de cooperativas privadas, mayor acceso a insumos y tecnología, y la incorporación de plataformas digitales para trazabilidad, comercialización y logística.

Otra de sus recomendaciones apunta a involucrar a las nuevas generaciones en la agricultura, brindando incentivos y oportunidades para que jóvenes profesionales contribuyan a la modernización del sector.

El colapso del sector citrícola

El usuario Manuel Viera recordó en redes sociales el desplome de la producción de cítricos, que en décadas pasadas posicionó a Cuba como exportador hacia Europa y Asia. Comparó esa realidad con la actual, en la que naranjas chilenas se venden en La Habana a 390 pesos cada una, un precio inaccesible para muchas familias.

"Muchos niños cubanos están probando una naranja por primera vez", advirtió Viera, destacando la pérdida de capacidades productivas que alguna vez fueron símbolo de orgullo nacional.

Una crisis estructural

Los testimonios de agricultores y expertos reflejan que la crisis del agro cubano es económica, política y estructural. La aprobación de la Ley de Soberanía Alimentaria no ha revertido la tendencia: el Anuario Estadístico de Cuba 2023 muestra una caída significativa en cultivos clave como arroz, viandas, tubérculos y cítricos.

Los analistas coinciden en que para revertir la dependencia de importaciones será necesario implementar reformas profundas: redistribución de tierras, eliminación de monopolios, legalización de cooperativas independientes e inversiones en tecnología e infraestructura. Solo así la isla podría recuperar la autosuficiencia en alimentos frescos y reducir su vulnerabilidad externa.

Por ahora, la presencia creciente de productos importados en los mercados urbanos es un recordatorio del deterioro del sector agropecuario cubano y de los retos que enfrenta para garantizar su seguridad alimentaria.

Agrolatam.com
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