Ecuador

Alerta en Guayas: refuerzan la ofensiva contra dos amenazas letales del banano

Una enfermedad silenciosa y un hongo devastador mantienen en vilo a los productores de banano en Ecuador. Frente a este escenario, autoridades y sector privado sellan una alianza estratégica para evitar un daño irreversible al motor agroexportador del país.

Dos enfermedades fúngicas acechan a uno de los pilares económicos de Ecuador: el banano. Ante este escenario, la Prefectura del Guayas y la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE) han renovado su compromiso conjunto para contener el avance del moko y del hongo Fusarium oxysporum f. sp. cubense Raza 4 Tropical (R4T), dos amenazas que podrían alterar el equilibrio de toda la cadena agroexportadora.

El banano representa una fuente vital de empleo e ingresos para miles de familias ecuatorianas. Por eso, el prefecto del Guayas, Marcela Aguiñaga, junto con representantes de AEBE, formalizaron la ampliación del acuerdo de cooperación técnica que busca fortalecer la respuesta regional ante estas fitopatologías. La iniciativa se centra en acciones preventivas, capacitación y vigilancia fitosanitaria intensiva en zonas críticas de producción.

En particular, el moko -provocado por la bacteria Ralstonia solanacearum- y el Fusarium R4T -un hongo de suelo altamente persistente y sin cura química-, han encendido las alarmas de los productores de banano en América Latina. El caso del Fusarium es especialmente preocupante por su capacidad de permanecer activo por décadas en el suelo, afectando las raíces y provocando el colapso total de las plantas.

Guayas es la provincia con mayor superficie bananera del país, y su exposición al tránsito comercial, turístico y laboral la convierte en un punto clave en la prevención de la diseminación de estas enfermedades. Por esa razón, se instalarán nuevas estaciones de desinfección, puntos de control en las zonas rurales y mecanismos de capacitación continua para agricultores y técnicos del sector.

Según los datos oficiales, en Ecuador el banano es el segundo producto de exportación no petrolero, y más de 2,5 millones de toneladas anuales se destinan a los mercados de Europa, Rusia y Estados Unidos, entre otros destinos. Proteger este cultivo es, entonces, una cuestión estratégica para la seguridad alimentaria y la estabilidad económica del país.

La cooperación con AEBE no solo se limita al intercambio de información técnica, sino que también incluye campañas educativas en comunidades rurales, distribución de materiales de bioseguridad y articulación con los GADs parroquiales. La finalidad es crear una red territorial que funcione como un escudo ante brotes emergentes.

"Estamos uniendo esfuerzos con todos los actores de la cadena bananera, porque sabemos lo que está en juego. No solo se trata de plantas, sino de empleos, exportaciones y futuro para nuestra gente", afirmó Aguiñaga durante el anuncio.

La AEBE, por su parte, destacó que el compromiso de los gobiernos locales es fundamental para hacer frente a estas amenazas, especialmente ante la creciente presión internacional para garantizar la inocuidad del producto.

América Latina ya ha visto los estragos del Fusarium en países como Colombia y Perú, lo que convierte al caso ecuatoriano en una carrera contra el tiempo. La detección temprana, el monitoreo constante y la aplicación rigurosa de protocolos son, por ahora, las únicas herramientas disponibles para contener su avance.

Mientras tanto, el sector bananero continúa presionando por mayor inversión en investigación genética y desarrollo de variedades resistentes, que representen una solución a largo plazo frente a estas enfermedades que han marcado a fuego la historia del cultivo a nivel global.

Agrolatam.com
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