Estado de México arranca cosecha de aguacate y se posiciona como tercer gran productor nacional
Con más de 12.900 hectáreas destinadas a las variedades Hass y Hass Méndez, y bajo un enfoque de sanidad y calidad, el Estado de México inicia la cosecha que abastecerá mercados locales y contribuye al dinamismo rural del país.
La temporada de lluvias marca el inicio de una etapa clave para el campo en el sur del Estado de México: la cosecha de aguacate. Esta entidad se consolida como la tercera mayor productora del país, solo detrás de Michoacán y Jalisco, y por encima de estados como Nayarit y Morelos. Con plantaciones distribuidas en municipios como Villa de Allende, Coatepec Harinas, Tenancingo, Valle de Bravo y Tejupilco, el Estado de México extiende su calendario de cosecha de julio a diciembre.
La producción se realiza bajo el acompañamiento del Comité Estatal de Sanidad Vegetal (CESAVEM), que lidera campañas para mantener las zonas libres del barrenador del hueso. Actualmente, no se reportan plagas significativas, lo que permite avanzar en condiciones sanitarias óptimas. Además, se están implementando talleres técnicos sobre Buen Uso y Manejo de Plaguicidas, y acciones enmarcadas en el Programa de Sistemas de Reducción de Riesgos de Contaminación (SRRC), lo cual garantiza la inocuidad del producto y su trazabilidad.
Aunque solo Michoacán y Jalisco cuentan con autorización del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) para exportar aguacate fresco a ese país -Michoacán desde 1997 y Jalisco desde 2022-, el fortalecimiento técnico y sanitario del Estado de México podría abrir oportunidades para su acceso a mercados internacionales en el futuro.
A nivel nacional, el aguacate continúa consolidándose como uno de los productos agroexportables más importantes. Se estima que México producirá este año alrededor de 2,75 millones de toneladas de aguacate, con exportaciones cercanas a 1,34 millones, de las cuales Estados Unidos absorbe aproximadamente el 80%. En términos de valor, solo la cerveza y el tequila superan al aguacate como producto de exportación.
El cultivo del aguacate también tiene un fuerte impacto social y económico en el medio rural. Se calcula que cada mil toneladas cosechadas generan unos 160 empleos directos, y solo en Michoacán la cadena productiva vincula a más de 300.000 personas, desde productores hasta empacadores y transportistas.
En paralelo, el sector impulsa una agenda de sostenibilidad. El Instituto del Aguacate de México presentó recientemente la estrategia "Camino a la Sostenibilidad", con metas orientadas a alcanzar la neutralidad hídrica, de carbono y de deforestación para el año 2035. Esta hoja de ruta propone medidas concretas como el uso de coberturas vegetales, mejoramiento de la salud del suelo, restauración de ecosistemas y eficiencia hídrica en los huertos.
En este contexto, el arranque de la cosecha en el Estado de México no solo representa una fuente de ingresos y empleo para sus comunidades rurales, sino también un paso firme hacia la profesionalización de la producción y la alineación con estándares internacionales de calidad, sanidad y responsabilidad ambiental.