FAO alerta sobre desafíos y oportunidades para la seguridad alimentaria en El Salvador
Un reciente informe de la FAO destaca los retos actuales que enfrenta El Salvador en materia de seguridad alimentaria y presenta recomendaciones para fortalecer el sector agro, considerando factores climáticos, económicos y sociales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó un informe estratégico en El Salvador que analiza a fondo los desafíos actuales para garantizar la seguridad alimentaria en el país. El documento expone un diagnóstico claro: en un contexto marcado por la variabilidad climática, la presión sobre los recursos naturales y la necesidad de aumentar la productividad rural, la agricultura salvadoreña enfrenta una encrucijada clave para garantizar la disponibilidad y el acceso a alimentos de calidad para toda la población.

Uno de los principales factores destacados por la FAO es la vulnerabilidad de la producción agrícola ante fenómenos extremos como sequías prolongadas, lluvias intensas e inundaciones que afectan especialmente a cultivos básicos como el maíz y el frijol. A esto se suman limitaciones en la infraestructura rural y logística, que afectan tanto la comercialización interna como la apertura de nuevos espacios para la exportación de productos locales.
El informe señala que para responder a estos desafíos es esencial apostar por la adopción de tecnologías digitales y prácticas de agricultura climáticamente inteligente, promoviendo herramientas como sensores de humedad, estaciones meteorológicas, sistemas de riego inteligente y aplicaciones móviles para apoyar la toma de decisiones en el campo. Estas soluciones no solo fortalecen la trazabilidad y la eficiencia productiva, sino que también ayudan a conservar los suelos, reducir el impacto ambiental y garantizar rendimientos estables en un contexto de intensificación de la variabilidad climática.
Otra de las prioridades planteadas por la FAO es la necesidad de garantizar mejor acceso al crédito rural y herramientas financieras adaptadas para pequeños y medianos productores, junto con programas de acompañamiento técnico para que puedan cumplir con normas internacionales de calidad y abrirse a nuevos mercados. Asimismo, destaca la importancia de invertir en infraestructura agrícola y vial, clave para garantizar que los productos locales lleguen de manera eficaz a centros de acopio, distribución y comercialización interna y externa.
También resalta el potencial de diversificación agrícola en El Salvador, promoviendo cultivos de alto valor comercial e incentivando prácticas de conservación de la biodiversidad para garantizar la resiliencia de los ecosistemas locales y la estabilidad de la oferta alimentaria en el largo plazo.
La estrategia de la FAO concluye que garantizar la seguridad alimentaria en El Salvador requerirá de una acción conjunta entre autoridades, gremios de productores, organismos internacionales y comunidades locales. Al alinear políticas públicas, herramientas de innovación tecnológica y prácticas sostenibles, el país tendría la posibilidad de convertirse en un referente regional en materia de resiliencia agrícola, alcanzando una mayor estabilidad productiva y promoviendo un crecimiento rural más inclusivo y sostenible para toda la población.