A mediados de junio de 2025, gremios agrícolas de El Salvador como CAMPO (Centro para la Defensa del Consumidor en su rama agrícola) y la Mesa Agropecuaria Rural e Indígena emitieron una advertencia clave: retrasar la siembra de maíz para evitar el impacto de un patrón climático irregular, donde las lluvias intensas o insuficientes podrían comprometer la producción del ciclo agrícola.

Según estas organizaciones, las lluvias que debieron iniciar en mayo fueron irregulares y puntuales, sin un comportamiento definido para garantizar la germinación adecuada del grano. Por ello, recomiendan esperar hasta que el régimen pluviométrico se normalice en la segunda quincena de junio, como ha ocurrido en años anteriores marcados por fenómenos como El Niño.

MAG en silencio, incertidumbre en el campoMientras los gremios toman postura, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) guarda un silencio que inquieta. Hasta el momento, no se ha emitido ninguna orientación oficial para definir un calendario actualizado de siembra, ni se han publicado boletines agroclimáticos del mes que aclaren cómo proceder.

Esta falta de comunicación institucional coloca en desventaja a pequeños y medianos productores, quienes dependen de directrices técnicas y acompañamiento público para no perder su inversión.

"No sabemos si sembrar ahora o esperar. Si nos llueve demasiado, perdemos la semilla y el abono. Y si no sembramos a tiempo, perdemos la cosecha", expresó un productor del occidente del país en un encuentro con la Mesa Rural.

Clima impredecible + falta de guía = vulnerabilidad productivaEn 2024, más de 470 mil toneladas métricas de maíz fueron cosechadas en El Salvador, lo que representó una leve recuperación frente a años anteriores. Sin embargo, el clima continúa siendo un factor crítico y volátil para el desarrollo de este cultivo clave en la dieta salvadoreña.

En un contexto donde los eventos climáticos extremos son más frecuentes y abruptos, los gremios piden al Estado que fortalezca el monitoreo, los sistemas de alerta temprana y la comunicación directa con los agricultores para evitar pérdidas innecesarias.

Reclamo por planes claros y decisiones públicasDesde CAMPO señalan que la falta de lineamientos concretos es una constante en la política agropecuaria reciente, lo que obliga a los productores a operar bajo su propio riesgo o guiarse por redes informales de información.

Además, piden que el MAG active mecanismos de coordinación con el CENTA y el Observatorio del Ministerio de Medio Ambiente, de modo que se puedan publicar pronósticos fiables y planes de contingencia para mitigar el impacto del cambio climático en la agricultura.

¿Qué sigue?Ante este panorama, los gremios insisten en que sembrar en junio puede ser la opción más segura, pero alertan que sin respaldo técnico ni garantías de apoyo estatal, la desigualdad entre grandes y pequeños agricultores podría acentuarse aún más.

"Sembrar a ciegas es como apostar en un casino. Y eso no debería ocurrir con un alimento tan esencial como el maíz", concluyó un vocero de la Mesa Rural.