En el corazón de la cuenca mediterránea, una plantación de kiwi Hayward con 670 árboles por hectárea sirvió de escenario para poner a prueba el potencial de la polinización reforzada. Especialistas de Biobest instalaron tres colmenas Multi-Hive por hectárea, cada una compuesta por tres colonias de abejorros en una carcasa resistente a la intemperie capaz de garantizar al menos seis semanas de actividad continua. El ensayo, desarrollado durante la floración 2025, comparó un bloque tratado con abejorros frente a una parcela testigo que dependía exclusivamente de los insectos polinizadores naturales presentes en el predio.

Los resultados sorprendieron por su consistencia. A distancias de 3, 11 y 25 metros de las colmenas, las muestras de fruta revelaron un aumento promedio del 7 % en la producción total-equivalente a 2,1 t/ha adicionales sobre un promedio base de 30 t/ha-sin que se registraran diferencias negativas en sólidos solubles ni en materia seca. El peso medio de los frutos también mostró una ligera mejora (112 g frente a 109,9 g del control), mientras que la proporción de calibres de 95 a 130 g-considerados como fruta plenamente comercializable-se elevó de 77 % a 80 %. Más kilos, mejor perfil de clasificación y un estándar homogéneo de calidad: una combinación que se traduce en márgenes más altos para el productor y mayor eficacia logística para empacadores y exportadores.

Detrás de estos números se encuentra la biología singular del kiwi, una especie dioica con plantas macho y hembra separadas que requiere polinización cruzada fiable para asegurar el cuajado. Las abejas melíferas cumplen parte del trabajo, pero su actividad se reduce cuando las temperaturas caen por debajo de 16 °C o cuando la nubosidad limita el vuelo. Los abejorros -más robustos, con ciclo de vuelo más prolongado y tolerantes a condiciones frías y húmedas- aportan una doble ventaja: continúan visitando flores en horas marginales y poseen un comportamiento de forrajeo que favorece la transferencia de polen entre lianas distantes.

Desde la perspectiva económica, el retorno de inversión puede ser notable. Con precios de exportación que superan los 1 200 USD por tonelada para fruta premium, el incremento de 2,1 t/ha genera un ingreso bruto adicional de 2 520 USD, superando con amplitud el costo de las colmenas (estimado en 280 USD/ha). Además, el aumento de calibres privilegiados reduce mermas en la línea de clasificación y mejora la eficiencia de las cámaras de enfriamiento, reforzando la cadena de valor desde la finca hasta el puerto.

A mediano plazo, la adopción de polinización dirigida con abejorros podría convertirse en práctica estándar para frutales exigentes en Latinoamérica. Países como Chile, Perú y Argentina-referentes en exportación de frutas de contraestación-ya ensayan sistemas Multi-Hive en berries y carozos, mientras que Colombia y Ecuador exploran su uso en cítricos y aguacate. La clave radica en ajustar la densidad de colmenas según variedad, carga floral y condiciones climáticas, y en monitorear la salud de las colonias para evitar estrés térmico o depredación por aves.

Los investigadores subrayan que la colocación estratégica de las cajas y la distancia entre colmenas y lianas femeninas son variables decisivas. En el ensayo griego, la eficacia se mantuvo homogénea hasta los 25 m, lo que facilita la distribución de colmenas en cuarteles grandes sin pérdida de eficiencia. No obstante, se recomienda reforzar el plan de control de plagas para evitar interacciones negativas con insecticidas de amplio espectro y proteger la biodiversidad funcional del huerto.

En el horizonte inmediato, la empresa desarrolladora proyecta versiones de colmena con sensores IoT que midan temperatura interna, actividad de vuelo y peso, enviando datos en tiempo real a un panel de control. Este avance permitiría gestionar la polinización como un servicio de precisión, alineado con los principios de la agricultura digital y los requisitos emergentes de trazabilidad ambiental en mercados de alto valor.

Para el sector frutícola chileno-primer exportador mundial de cereza y actor destacado en kiwi-el modelo ofrece una oportunidad de diferenciarse mediante innovación sostenible, reduciendo la dependencia de mano de obra en floración y fortaleciendo la resiliencia productiva frente a la variabilidad climática. Al mismo tiempo, otros países andinos pueden aprovechar la curva de aprendizaje y acelerar la adopción de polinizadores comerciales como parte de su estrategia de expansión y diversificación.

La conclusión de los técnicos es contundente: la integración de abejorros en la polinización del kiwi mejora rendimiento, calibre y uniformidad sin comprometer la calidad intrínseca de la fruta. Con un retorno económico rápido y una logística sencilla de implementación, la tecnología se perfila como un aliado clave para productores que buscan mayor competitividad y cumplimiento de estándares internacionales de sostenibilidad.