América Latina

La ONU advierte: La Niña podría regresar, pero no detendrá el calentamiento global

La Organización Meteorológica Mundial estima hasta un 60% de probabilidades de que el fenómeno reaparezca hacia fines de 2025. Recalca que el cambio climático seguirá elevando las temperaturas y agravando los eventos extremos.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM), agencia especializada de la ONU, advirtió que existe una probabilidad de 55% de que el fenómeno de La Niña regrese entre septiembre y noviembre de 2025. De confirmarse, el enfriamiento de las aguas superficiales del Pacífico ecuatorial podría prolongarse hasta fin de año, con una probabilidad que aumenta ligeramente al 60% para el trimestre octubre-diciembre.

El informe, publicado este martes, subraya que pese a su incidencia en el clima global, La Niña no será suficiente para contrarrestar el calentamiento global causado por la actividad humana. Según los expertos, alrededor del 90% del exceso de calor generado por las emisiones de gases de efecto invernadero es absorbido por los océanos, lo que convierte al contenido calórico marino en uno de los indicadores más fiables del cambio climático.

En contraste, la OMM señala que las probabilidades de que se desarrolle un episodio de El Niño son reducidas en el mismo periodo, mientras que existe un 45% de chances de que prevalezcan condiciones neutrales en el Pacífico, como las observadas durante los últimos seis meses.

Una herramienta para salvar vidas

La secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, destacó la importancia de estas previsiones como instrumento de inteligencia climática. "La información temprana sobre la evolución de La Niña o El Niño puede salvar miles de vidas si se utiliza para orientar planes de preparación y respuesta", afirmó.

Además del impacto en la seguridad humana, las predicciones climáticas pueden generar ahorros millonarios en sectores clave como la agricultura, la energía, la salud y el transporte. Anticiparse a fenómenos extremos permite reducir pérdidas de cultivos, optimizar el uso de recursos hídricos y planificar mejor las campañas agrícolas.

El calentamiento global sigue imponiéndose

Pese a la influencia que ejercen La Niña y El Niño sobre las temperaturas, los vientos, la presión atmosférica y las lluvias, la OMM subraya que el cambio climático inducido por el ser humano es la variable dominante en la actualidad. La acumulación de gases de efecto invernadero continúa aumentando las temperaturas globales, intensificando los eventos extremos y alterando los patrones estacionales.

La agencia recordó que cada año de la última década se ubicó entre los diez más cálidos jamás registrados. En particular, 2024 fue catalogado como el más caluroso de la historia, con "temperaturas excepcionales en la superficie terrestre y marina y en el calor del océano".

Datos de seis centros internacionales confirman que la temperatura media global estuvo 1,55 °C por encima del promedio de 1850-1900, umbral que los científicos consideran crítico para evitar consecuencias irreversibles.

El comportamiento de la atmósfera y de los océanos no depende exclusivamente de El Niño o La Niña. La OMM también monitorea fenómenos como la Oscilación del Atlántico Norte, la Oscilación Ártica y el Dipolo del Océano Índico, que ejercen influencia sobre las temperaturas y las precipitaciones a escala regional y global.

Las proyecciones para septiembre-noviembre señalan que gran parte del hemisferio norte y extensas regiones del hemisferio sur experimentarán temperaturas superiores a lo normal. En cuanto a las lluvias, se esperan patrones similares a los registrados históricamente durante un episodio moderado de La Niña, lo que implicaría mayores precipitaciones en zonas tropicales y déficit hídrico en otras áreas.

Impacto para América Latina

De confirmarse el retorno de La Niña, América Latina volvería a estar en el centro de la atención climática. En países como Brasil, Argentina y Paraguay, la evolución del fenómeno será determinante para el desarrollo de la próxima campaña agrícola de granos. En temporadas anteriores, La Niña estuvo asociada a sequías severas en el Cono Sur, con pérdidas millonarias para la producción de soja y maíz.

En regiones andinas y centroamericanas, en cambio, suele estar vinculada a lluvias intensas e inundaciones, con efectos directos sobre la infraestructura, la seguridad alimentaria y la salud pública. Por ello, los gobiernos y organismos de protección civil de la región siguen de cerca los reportes de la OMM para diseñar planes de prevención.

Los especialistas advierten que el calentamiento global y La Niña no actúan de manera aislada, sino que se superponen, generando un escenario de riesgos combinados. Esto significa que, aunque el fenómeno oceánico pueda enfriar temporalmente ciertas regiones, la tendencia general de las temperaturas seguirá al alza, amplificando la intensidad de tormentas, sequías y olas de calor.

La OMM insiste en que el retorno de La Niña no debe interpretarse como un alivio, sino como una variable más en un contexto de aceleración del cambio climático. La prioridad, subraya el organismo, es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fortalecer los sistemas de alerta temprana para proteger a las poblaciones más vulnerables.

Agrolatam.com
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