Limonica: el ácaro depredador que gana terreno frente a los trips persistentes
Ante la resistencia de los trips a los insecticidas, crece el uso de controladores biológicos.
Los trips continúan siendo una de las plagas más problemáticas en la horticultura protegida, afectando tanto cultivos ornamentales como hortícolas en diferentes regiones del mundo. Su alta capacidad de reproducción, su comportamiento oculto y su rol como vectores de virus hacen que su manejo siga siendo un desafío técnico y económico para los productores.
En los últimos años, especies emergentes como Trips parvispinus y Scirtothrips dorsalis se han sumado a otras ya consolidadas, como Frankliniella occidentalis, Trips tabaci y Echinothrips americanus, ampliando el espectro de amenazas. Los daños provocados incluyen deformaciones, necrosis foliar, reducción de rendimiento y pérdidas en la calidad comercial de los frutos, especialmente en cultivos de pimiento, pepino, fresa, tomate y ornamentales.
A medida que la eficacia de los tratamientos químicos disminuye debido a la resistencia adquirida por las poblaciones de trips, la búsqueda de soluciones sostenibles se ha intensificado. En este escenario, los ácaros depredadores han cobrado un protagonismo creciente dentro de los programas de Manejo Integrado de Plagas (MIP).
Un depredador versátil y eficaz
Entre los controladores biológicos más destacados se encuentra Limonica (Amblydromalus limonicus), un ácaro depredador con amplia capacidad de adaptación y eficacia comprobada frente a varias especies de trips. Su dieta abarca larvas de primer y segundo estadio, además de huevos y ninfas de mosca blanca, y en menor medida, araña roja. Esta versatilidad lo convierte en una herramienta de control ideal en sistemas de cultivo intensivo, donde coexisten múltiples plagas.
Limonica actúa tanto en la parte aérea de las plantas como en estructuras florales, donde los trips suelen refugiarse. Su capacidad de establecer poblaciones estables en el cultivo lo diferencia de otros fitoseidos con menor persistencia. Además, muestra una alta tasa de depredación y una reproducción acelerada, factores que favorecen su eficacia en ambientes controlados.
El uso de depredadores naturales como Limonica permite reducir la dependencia de insecticidas, contribuyendo a un manejo más equilibrado de los ecosistemas productivos. Al mismo tiempo, mejora la sostenibilidad económica y ambiental de los sistemas hortícolas, alineándose con las exigencias de certificaciones internacionales y consumidores que priorizan alimentos producidos con prácticas más limpias.
Innovación en producción biológica
La producción masiva de ácaros depredadores es un proceso complejo que requiere condiciones ambientales precisas y un profundo conocimiento técnico. En el caso de Amblydromalus limonicus, los especialistas destacan que se trata de una especie particularmente exigente en su cría, ya que no tolera perturbaciones, necesita espacio suficiente y alimento de alta calidad, y requiere un ambiente controlado para mantener su viabilidad.
La investigación y la innovación en el campo del control biológico han permitido optimizar estos procesos, posibilitando la cría a gran escala y la disponibilidad comercial del depredador para los programas de manejo de plagas. La experiencia acumulada por equipos técnicos y el avance en la tecnología de producción de insectos y ácaros benéficos han sido determinantes para lograrlo.
"Técnicamente, es uno de los mejores ácaros depredadores que conocemos", explicó Marjon Diender, especialista en técnicas de cría de controladores biológicos, al señalar que los desafíos de producción se compensan con la efectividad del depredador en campo. "Requiere condiciones muy específicas: no tolera perturbaciones, necesita espacio y alimento de alta calidad. Es exigente, pero su potencial de control lo convierte en una herramienta invaluable", agregó.
Estas características explican por qué Limonica ha sido adoptado progresivamente por productores hortícolas de invernadero, tanto en América Latina como en Europa y Oceanía. Su integración con otras estrategias de manejo -como el uso de trampas cromáticas, bioinsumos y rotación de cultivos- refuerza su eficacia y previene el desarrollo de resistencias.
El avance de especies resistentes y la necesidad de reducir la carga química en los sistemas agrícolas impulsan una transición hacia el uso combinado de controles biológicos y culturales. Los ácaros depredadores como Limonica representan una alternativa efectiva, estable y ambientalmente segura frente al control exclusivo con insecticidas.
Su incorporación en los programas de MIP permite mantener poblaciones de plagas por debajo del umbral económico de daño, reducir los residuos químicos y favorecer la preservación de la biodiversidad funcional en los agroecosistemas protegidos.
Con los retos que plantea el cambio climático y la aparición de nuevas plagas invasoras, los especialistas coinciden en que el futuro de la horticultura moderna dependerá cada vez más del conocimiento biológico aplicado y de la gestión integrada del control de plagas. En ese contexto, Limonica se posiciona como un ejemplo concreto del potencial de la biotecnología aplicada al agro: un aliado pequeño, pero decisivo, en la sanidad vegetal del siglo XXI.