Lluvias en Brasil impulsan la floración de cítricos pero afectan parte de la cosecha
La llegada de las lluvias a São Paulo, Paraná y Minas Gerais favorece la próxima floración de cítricos, aunque los fuertes vientos provocaron caída de frutos en algunos huertos. Al mismo tiempo, las exportaciones de lima Tahití crecieron casi 20% en 2025.
El inicio de la primavera en Brasil trajo un alivio esperado por los citricultores del sureste, luego de un invierno cálido y seco que amenazaba con retrasar la floración de los naranjales. Las lluvias registradas durante la primera semana de la estación en São Paulo, Paraná y parte de Minas Gerais permiten proyectar un desarrollo más regular para la campaña 2026/27, luego de que el ciclo anterior quedara marcado por la falta de precipitaciones.
Sin embargo, no todo fueron beneficios. De acuerdo con el Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada (Cepea), las ráfagas de viento que acompañaron las lluvias ocasionaron la caída de frutos en distintas fincas, siendo la región de Avaré (São Paulo) una de las más afectadas. Esta situación genera preocupación entre productores, ya que la pérdida de fruta comercializable puede reducir la oferta disponible en el corto plazo.
Antecedente de un invierno seco
En el ciclo anterior, la floración se vio demorada porque el clima cálido y la falta de agua interrumpieron el desarrollo de los árboles. Recién después de octubre, las lluvias retornaron con mayor frecuencia, lo que postergó la maduración y alteró el calendario de cosecha. La llegada anticipada de las lluvias en 2025 es vista como un factor determinante para mejorar la regularidad del próximo ciclo y evitar un nuevo desfasaje en la oferta.
Especialistas advierten que la estabilidad climática en los próximos meses será clave. Las lluvias tempranas garantizan humedad para la floración, pero un exceso de agua o la persistencia de vientos fuertes podrían comprometer el cuajado y la calidad del fruto.
En paralelo a las oscilaciones climáticas, el comercio exterior de cítricos brasileños mantiene una tendencia positiva. Las exportaciones de lima Tahití alcanzaron 149.500 toneladas en lo que va de 2025, según datos de la Secretaría de Comercio Exterior (Secex). Esto representa un incremento del 19,5% en comparación con 2024, confirmando el interés de los mercados internacionales por esta variedad.
En términos de ingresos, el crecimiento fue más moderado pero igualmente positivo: los embarques generaron US$141,87 millones, un 2,9% más que en el año anterior. La diferencia entre el aumento del volumen y el de las divisas responde a los ajustes en los precios internacionales, aunque la balanza sigue mostrando un saldo favorable para Brasil.
Brasil en el mapa citrícola global
El país es uno de los principales jugadores en el mercado mundial de cítricos, con fuerte incidencia en jugo de naranja, naranjas frescas y limas. El desempeño de su producción y exportaciones incide directamente en los flujos comerciales hacia Estados Unidos, Europa y, cada vez más, en Asia. La buena performance de la lima Tahití en 2025 refuerza el posicionamiento del producto en un contexto de diversificación de mercados y creciente demanda por frutas frescas.
Para los analistas, el desafío estará en consolidar la competitividad de la fruta brasileña en un escenario climático volátil y con costos de producción en alza. Las inversiones en manejo agronómico, riego y selección varietal se vuelven fundamentales para garantizar consistencia en calidad y volumen.
De cara a los próximos meses, los citricultores aguardan que las lluvias se mantengan dentro de los rangos normales y permitan un avance ordenado de la floración y el cuajado. Si bien la caída de frutos generó mermas puntuales, la expectativa general es que el ciclo 2026/27 arranque con mejores condiciones que el anterior.
En paralelo, el aumento de exportaciones de lima Tahití confirma el dinamismo del sector citrícola brasileño y su capacidad de seguir generando divisas, aun en un escenario de precios internacionales ajustados. La combinación de clima favorable y mercado externo sólido será determinante para sostener la rentabilidad y el protagonismo de Brasil en el tablero citrícola global.