El campo mexicano en alerta: lluvias intensas impactan al sector agropecuario en el norte y sureste
Las condiciones climáticas extremas afectan al agro mexicano. Fuertes precipitaciones registradas este 22 de junio en varias regiones del país generan preocupación en productores rurales por riesgos de inundaciones, erosión y pérdidas de cultivos.
El campo mexicano enfrenta un nuevo desafío climático. Este domingo 22 de junio, intensas lluvias afectaron amplias zonas del norte y sureste del país, generando condiciones críticas para la producción agrícola y ganadera. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió alertas por precipitaciones fuertes a puntuales intensas, acompañadas de descargas eléctricas, vientos arrachados y posible caída de granizo.
Las entidades más impactadas fueron Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Campeche, Tabasco, Yucatán, así como regiones de Chihuahua, Durango, Coahuila y Tamaulipas. En estas zonas, numerosos productores rurales reportaron afectaciones en cultivos, anegamientos en caminos rurales y problemas logísticos para cosecha y transporte.
"Las lluvias son importantes para recargar acuíferos y sostener los cultivos, pero cuando se presentan de manera intensa y en lapsos cortos, generan erosión, encharcamientos y pérdida de nutrientes en el suelo", explicaron ingenieros agrónomos de la región sur. Las siembras más vulnerables en esta etapa son el maíz, frijol, sorgo, café y hortalizas.
En la región ganadera del norte, los aguaceros generaron complicaciones en corrales, pérdida de alimento almacenado, deterioro en infraestructura y riesgo sanitario por exceso de humedad. En áreas como La Laguna y el altiplano de Chihuahua, los productores temen que, de mantenerse estas condiciones, pueda haber brotes de enfermedades respiratorias en el ganado y dificultades para el pastoreo.
Además del impacto productivo, las lluvias intensas representan una amenaza para la infraestructura rural. Carreteras secundarias y caminos vecinales han sido obstruidos por deslaves y acumulación de agua, dificultando el acceso a zonas agrícolas y la salida de productos hacia los mercados.
El SMN advirtió que las condiciones climáticas extremas se mantendrán en los próximos días, como consecuencia de la combinación entre un canal de baja presión extendido sobre el país y la entrada de humedad del Golfo de México y el Mar Caribe. Esta interacción, junto a la inestabilidad en niveles altos de la atmósfera, favorece la formación de tormentas severas con potencial destructivo.
Frente a esta situación, autoridades locales y federales han instado a los productores a extremar precauciones. Entre las recomendaciones más difundidas están:
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Evitar el pastoreo en zonas de riesgo de deslaves o inundaciones.
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Revisar sistemas de drenaje en cultivos y establos.
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Mantener reservas de alimento en lugares secos y elevados.
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Tener a mano planes de contingencia para el resguardo de animales.
Organizaciones agropecuarias también reclaman medidas más estructurales, como la mejora en los sistemas de alerta temprana, inversión en infraestructura resiliente al cambio climático, y seguros agropecuarios que contemplen eventos extremos cada vez más frecuentes.
El cambio climático ya no es una amenaza lejana para el agro mexicano: es una realidad tangible que compromete la seguridad alimentaria y la estabilidad económica de miles de familias rurales. Cada evento meteorológico extremo es también una llamada de atención sobre la necesidad de una estrategia nacional que integre prevención, adaptación y acompañamiento técnico y financiero al productor.
Mientras tanto, los ojos del campo miran al cielo con preocupación. Las lluvias que alguna vez fueron símbolo de esperanza y fertilidad, hoy se convierten en un factor de incertidumbre para quienes trabajan la tierra y sostienen la alimentación del país.