México cosecha su meta: en 2025 habrá autosuficiencia en maíz blanco
El país consolida un giro estratégico en la producción nacional y garantiza el abasto de un grano esencial para la dieta mexicana.
Con una producción estimada de 23.5 millones de toneladas, México alcanzará en 2025 la autosuficiencia en maíz blanco, un hito que representa no solo seguridad alimentaria, sino también un fortalecimiento del campo nacional. Así lo aseguró la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en línea con las metas establecidas por el gobierno federal para reducir la dependencia de importaciones en alimentos clave.
La estrategia detrás de este logro está centrada en dos pilares: la producción con enfoque social y el impulso de programas de comercialización de cosechas para pequeños productores. A través del esquema Precios de Garantía, el Gobierno ha asegurado condiciones justas de venta para cerca de 31.000 pequeños productores, que en conjunto aportaron 1.1 millones de toneladas del grano en el ciclo anterior.
Además, la reorientación de políticas agrícolas ha buscado proteger la producción nacional frente a la especulación y la volatilidad internacional, elevando las capacidades internas con medidas técnicas, incentivos regionales y mejoras en el acceso al financiamiento.
Actualmente, el maíz blanco es cultivado en 29 estados del país, destacándose Sinaloa como el principal productor, con alrededor de 5.9 millones de toneladas, seguido por Jalisco, Estado de México, Michoacán y Guanajuato. Esta distribución geográfica permite no solo garantizar el abasto nacional, sino también asegurar cadenas logísticas más eficientes para el consumo interno.
La autosuficiencia anunciada se concentra exclusivamente en el maíz blanco, destinado principalmente a la alimentación humana y la producción de tortillas, un alimento emblemático y de base en la dieta mexicana. Cabe destacar que esta variedad representa alrededor del 85% del consumo nacional de maíz.
En paralelo, el gobierno ha desarrollado herramientas de control estadístico y monitoreo productivo, como el sistema Cosechando Números del Campo, que permite transparentar la información agrícola y facilitar la toma de decisiones estratégicas.
Este avance no solo tiene un impacto directo en la seguridad alimentaria, sino también en el fortalecimiento del tejido rural, al impulsar las economías locales, mejorar los ingresos de los productores y reducir la desigualdad en el acceso a mercados.
En el escenario regional, México se posiciona como un referente dentro de América Latina por su apuesta a la soberanía alimentaria, desmarcándose de la tendencia global de dependencia creciente en commodities agrícolas. Esta autosuficiencia es, además, una respuesta concreta frente a los desafíos climáticos, logísticos y comerciales que afectan a la región.
Con el cierre de 2025 como horizonte, el país consolida una de las metas más ambiciosas de su agenda agroalimentaria: garantizar que el maíz que alimenta a los mexicanos provenga de sus propios campos.