México

Detectan chicharra en frontera México-EE. UU. y encienden alertas fitosanitarias

El insecto Osbornellus salsus fue hallado, durante una inspección fronteriza. Aunque no representa riesgo para humanos, su detección preocupa por sus posibles impactos agrícolas.

La detección de una posible plaga de chicharras en la frontera entre México y Estados Unidos ha encendido las alertas entre las autoridades agrícolas de ambos países. El hallazgo ocurrió durante una inspección rutinaria en el puerto fronterizo de San Luis, Sonora, donde especialistas del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) encontraron un insecto desconocido entre hojas de radicchio importadas desde territorio mexicano.

Tras un análisis entomológico, el espécimen fue identificado como Osbornellus salsus, una especie perteneciente a la familia Cicadellidae, comúnmente conocida como chicharra o cigarra. Se trata de un descubrimiento sin precedentes para los servicios fitosanitarios estadounidenses, ya que es la primera vez que esta especie se detecta en territorio de Estados Unidos.

Detectan chicharra en frontera México-EE. UU. y encienden alertas fitosanitarias

El hallazgo fue confirmado por el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (APHIS) del Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA), que determinó que el insecto nunca antes había sido interceptado en el país. Este evento marca un precedente en los mecanismos de vigilancia fronteriza y pone de relieve la vulnerabilidad de las cadenas agrícolas binacionales ante especies exóticas o invasoras.

¿Es peligrosa la chicharra Osbornellus salsus?

A pesar de la alarma inicial, las autoridades aclararon que el insecto no representa una amenaza directa para las personas ni los animales. La chicharra Osbornellus salsus no pica ni transmite enfermedades, por lo que no hay riesgo sanitario para los humanos.

Sin embargo, los especialistas advirtieron que, en casos aislados, personas con alergias a los mariscos podrían presentar reacciones leves, debido a una proteína similar presente en ciertos crustáceos. Este fenómeno, según los expertos, es una coincidencia biológica poco frecuente y no representa un peligro generalizado.

Aunque no ha sido clasificada oficialmente como una plaga agrícola peligrosa, su detección en la frontera generó preocupación por sus posibles implicaciones en la bioseguridad vegetal. La directora de Operaciones de Campo del CBP en Tucson, Guadalupe Ramírez, destacó que los especialistas agrícolas de la agencia están entrenados para identificar plagas invasoras antes de que ingresen al país, y que el caso refuerza la cooperación con el USDA para proteger los recursos agrícolas ante amenazas emergentes.

Un hallazgo que reabre el debate sobre control fitosanitario

El comercio agrícola entre México y Estados Unidos es uno de los más dinámicos del mundo: más del 60 % de los vegetales frescos consumidos en territorio estadounidense provienen de productores mexicanos. Entre los principales productos destacan tomates, chiles, aguacates, berries y lechugas, que cruzan a diario los puertos fronterizos en un flujo comercial de miles de millones de dólares anuales.

No obstante, este intercambio constante también incrementa los riesgos fitosanitarios. La introducción accidental de un insecto o patógeno desconocido podría derivar en restricciones comerciales, pérdidas económicas o cierres temporales de frontera.

Por ahora, el caso de la chicharra Osbornellus salsus no ha provocado medidas restrictivas por parte del gobierno estadounidense, pero sí ha motivado un refuerzo de los protocolos de inspección y vigilancia conjunta entre el Senasica (México) y el USDA. Ambos organismos mantienen una coordinación permanente en materia de sanidad vegetal y bioseguridad fronteriza, ante el aumento de detecciones de insectos y plagas no registradas.

Presión fronteriza y antecedentes recientes

El hallazgo se produce en un contexto de creciente vigilancia en la frontera agrícola norteamericana. En 2023, las autoridades registraron el regreso del gusano barrenador del ganado en el sur de Texas, una plaga erradicada desde 1982 que obligó a reforzar la barrera biológica binacional con nuevas medidas de control.

Las condiciones climáticas cambiantes, sumadas al incremento del comercio agroalimentario, facilitan la expansión de especies invasoras que pueden alterar ecosistemas, cultivos o sistemas ganaderos. Los expertos subrayan que casos como el de Osbornellus salsus deben entenderse como alertas tempranas que demuestran la eficacia del monitoreo fronterizo y la importancia de los programas de trazabilidad agrícola.

La aparición de la chicharra en la frontera México-EE. UU. no representa por ahora una amenaza inmediata, pero sí refuerza la necesidad de mantener protocolos binacionales de detección y respuesta rápida. En un contexto donde los flujos comerciales crecen y las fronteras se vuelven más porosas, la sanidad vegetal se consolida como un pilar clave de la seguridad alimentaria y del comercio internacional.

Agrolatam.com
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