México

Maíz en riesgo: productores de Sinaloa piden apoyo urgente para sostener la siembra

En el Día Nacional del Maíz, agricultores advirtieron que las sequías, las heladas y los bajos precios amenazan al cultivo más emblemático de México, mientras crece la presión de las importaciones.

El 29 de septiembre se conmemora en México el Día Nacional del Maíz, una fecha que rinde homenaje al cereal más representativo de la cultura y la alimentación del país. Pero este año, la celebración llega marcada por la preocupación. En Sinaloa, uno de los principales graneros de México, los productores levantaron la voz para advertir que el cultivo atraviesa una situación crítica que pone en riesgo su rentabilidad y, con ello, la seguridad alimentaria nacional.

Desde Guamúchil, el presidente de los Productores Independientes de Sinaloa, Manuel Gumaro López Cuadras, fue tajante: producir una tonelada de maíz cuesta hoy más de 6.000 pesos, mientras que los precios de comercialización apenas rondan los 5.000 pesos. Esa diferencia coloca a los agricultores en una ecuación inviable, en la que sembrar significa perder.

A la ecuación económica se suman factores climáticos adversos. La combinación de sequías prolongadas, heladas y plagas ha mermado los rendimientos en los últimos años. "El productor no tiene margen para absorber esos golpes", señaló López Cuadras, recordando que el maíz no solo es alimento básico para millones de familias, sino también motor económico del campo mexicano en estados como Sinaloa, Chihuahua, Jalisco y las regiones del Bajío.

El problema se agrava por la competencia con el grano importado. México compra maíz principalmente a Estados Unidos, que gracias a subsidios, costos de producción más bajos y cadenas logísticas consolidadas puede colocar el producto en el mercado mexicano a precios inferiores a los del productor nacional. También llegan embarques desde Brasil y Argentina, lo que deja en desventaja a los agricultores locales.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), en 2024 México importó más de 17 millones de toneladas de maíz amarillo, destinadas principalmente a la industria pecuaria. Esta tendencia se ha mantenido en 2025, lo que reduce la capacidad de negociación de los productores locales frente a los industriales que compran grano.

La situación no es nueva, pero sí más apremiante. En 2018, el maíz mexicano representaba alrededor del 65% del consumo nacional; hoy, su participación es menor al 55%. Y aunque el país sigue siendo autosuficiente en maíz blanco para consumo humano, utilizado en tortillas y derivados, la dependencia de importaciones de maíz amarillo para forraje y la falta de rentabilidad en regiones clave ponen en duda la sostenibilidad de la producción.

El dirigente sinaloense pidió acciones conjuntas entre el Gobierno federal, los estados y las organizaciones de productores para generar programas que impulsen la rentabilidad del cultivo. Entre las propuestas destacan precios de garantía más altos, créditos con tasas preferenciales, inversión en infraestructura de riego y programas de seguros que protejan al productor frente a riesgos climáticos.

También señaló la necesidad de incentivar la innovación: semillas híbridas adaptadas al estrés hídrico, técnicas de agricultura de conservación y sistemas de riego más eficientes son herramientas que podrían marcar la diferencia en un escenario de cambio climático cada vez más severo.

El debate ocurre mientras Sinaloa refuerza la protección de 14 razas de maíz nativo, consideradas patrimonio genético del país y clave para el futuro de la alimentación. Estas razas no solo representan diversidad biológica, sino también alternativas para enfrentar condiciones climáticas extremas y mantener la calidad del grano que distingue al maíz mexicano.

Aun con este panorama, el mensaje de los agricultores en el Día Nacional del Maíz fue contundente: el cultivo debe ser defendido con políticas públicas que lo hagan rentable. "El maíz es identidad, cultura y sustento. Sin maíz no hay país", enfatizó López Cuadras.

De cara al cierre de 2025, el desafío es enorme. Si no se revierten las condiciones actuales, muchos productores podrían reducir su superficie de siembra en el próximo ciclo agrícola, lo que afectaría tanto al ingreso de las familias rurales como al equilibrio de la balanza comercial. El maíz, símbolo histórico y alimento de millones, requiere hoy más que nunca del compromiso del Estado y de la sociedad para garantizar su permanencia en el campo mexicano.

Agrolatam.com
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