MIDA impulsa el uso de repelentes e insecticidas orgánicos para un agro más sostenible
En una jornada de capacitación comunitaria, estudiantes, docentes y padres aprendieron a elaborar productos naturales para el control de plagas. La iniciativa busca reducir la dependencia de químicos sintéticos y promover una agricultura más limpia.
El Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), a través de su Agencia de Chame, llevó adelante una demostración práctica en la escuela Jacinta María Henríquez de la comunidad de Buenos Aires, con el propósito de capacitar a estudiantes, padres de familia y docentes en la elaboración de insecticidas y repelentes orgánicos.
La actividad se enmarca en los esfuerzos del MIDA por fomentar prácticas agrícolas sostenibles, reducir el uso de químicos de síntesis y promover alternativas seguras para el control de plagas en los cultivos y en el hogar.
Durante la jornada, los participantes aprendieron a preparar productos a base de insumos naturales que ofrecen una solución efectiva y accesible frente a las plagas más comunes. Estas prácticas no solo disminuyen la dependencia de agroquímicos convencionales, sino que también reducen los riesgos de intoxicación en las personas y protegen los ecosistemas locales.
El MIDA destacó que la iniciativa responde a la necesidad de proteger la salud de las comunidades rurales y al mismo tiempo asegurar que los pequeños productores tengan a su alcance herramientas económicas para la defensa de sus cultivos. La aplicación de estas técnicas resulta especialmente importante en áreas donde el uso intensivo de plaguicidas ha generado preocupación por sus impactos en la salud y en la biodiversidad.
El enfoque de estas capacitaciones es doble: por un lado, fortalecer la seguridad alimentaria de las familias rurales, y por otro, construir conciencia ambiental desde edades tempranas. Al involucrar a estudiantes y docentes, el programa apunta a que las nuevas generaciones comprendan la importancia de reducir la huella química de la agricultura y adopten prácticas más sostenibles en su vida diaria.
La experiencia en Chame mostró que con recursos sencillos y de bajo costo es posible preparar repelentes caseros y extractos vegetales que actúan contra insectos sin necesidad de recurrir a compuestos altamente tóxicos. De esta manera, se promueve la idea de que la innovación en el agro no siempre requiere alta tecnología, sino que puede surgir del aprovechamiento responsable de los recursos locales.
Para los pequeños productores de Panamá, el acceso a métodos alternativos de control de plagas es fundamental en un contexto donde los costos de los insumos agrícolas han aumentado y los mercados demandan productos cultivados con menor impacto ambiental.
El MIDA subrayó que estas capacitaciones buscan empoderar a las comunidades, brindándoles conocimientos prácticos que no solo benefician sus cosechas, sino también su salud y la de sus familias. Al mismo tiempo, este tipo de programas contribuyen a construir resiliencia frente al cambio climático, ya que las prácticas sostenibles ayudan a conservar los suelos y la biodiversidad que sostienen la producción agrícola.
Con actividades como la desarrollada en Chame, el MIDA reafirma su compromiso de promover un modelo de agricultura más limpia y amigable con el medio ambiente. La institución asegura que seguirá impulsando programas similares en distintas regiones del país, con el objetivo de que cada vez más productores y familias rurales cuenten con alternativas viables para el manejo de plagas.
En palabras de los organizadores, se trata de una estrategia de largo plazo: formar ciudadanos y agricultores conscientes de que la sostenibilidad comienza en la finca, en la escuela y en el hogar, con decisiones cotidianas que suman a un futuro agrícola más saludable para Panamá.