Chile

La batalla del agro chileno: la mosca de la fruta, una amenaza que cruza fronteras

Chile redobla su defensa fitosanitaria frente al ingreso de la mosca de la fruta. Con millones de exportaciones en juego, el país enfrenta un desafío que no conoce límites geográficos y exige cooperación regional.

La mosca de la fruta (Ceratitis capitata) volvió a encender las alarmas en Chile tras nuevas detecciones en la Región Metropolitana y O'Higgins, lo que activó de inmediato los protocolos del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). Con una industria frutícola que representa más de USD 5.000 millones anuales, el país no se permite relajamientos frente a esta plaga cuarentenaria que amenaza la sanidad vegetal y la apertura de mercados internacionales.

"No está en juego solo una fruta. Está en juego la reputación fitosanitaria de Chile", señalan desde el SAG.

Chile es uno de los pocos países reconocidos como "libres de mosca de la fruta" a nivel internacional, lo que le permite acceder a mercados exigentes como EE.UU., Japón y China sin necesidad de tratamientos cuarentenarios adicionales. Esta condición privilegiada está hoy bajo presión.

Una amenaza que no respeta fronteras

La mosca de la fruta no reconoce límites políticos. Su presencia es común en países vecinos como Argentina, Perú y Bolivia, lo que convierte al control fronterizo en una pieza clave. En este contexto, la coordinación internacional es urgente: el monitoreo, las acciones conjuntas y el intercambio de información son esenciales para evitar la propagación.

"Se necesita una mirada regional. Esta no es una batalla de un país, es del continente", advierte un experto en bioseguridad vegetal.

Chile ha desplegado medidas intensivas, incluyendo la instalación de trampas, la aplicación de cebos tóxicos, la movilización de equipos de control y la prohibición de movilización de frutas hospederas en áreas afectadas. También se intensifican las campañas de educación ciudadana para evitar el ingreso de frutas infectadas por viajeros.

Impacto directo en el agroexportador

Los principales afectados son los productores y exportadores de frutas frescas, especialmente uvas, duraznos, ciruelas y cítricos. Una cuarentena por presencia de la plaga puede cerrar mercados enteros temporalmente, disparar los costos logísticos y obligar al uso de tratamientos costosos como la fumigación con bromuro de metilo.

Además, la aparición de la plaga en zonas productivas puede afectar los seguros agrícolas, los procesos de certificación y la reputación de empresas exportadoras.

¿Qué se juega el agro chileno?

Chile se ha posicionado como un referente en inocuidad y trazabilidad. La presencia de esta plaga pone a prueba esa reputación. Si bien los protocolos funcionan y se activaron a tiempo, la recurrencia del problema pone en el centro del debate el fortalecimiento estructural del sistema de vigilancia, así como la necesidad de mayores recursos para la protección fitosanitaria.

La mosca de la fruta no solo amenaza la fruta: amenaza un modelo de desarrollo basado en la calidad, la apertura comercial y la confianza internacional.

Agrolatam.com
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