Chile

Ñuble apunta a optimizar cosecha y postcosecha de cerezas con nuevas recomendaciones técnicas

Productores reciben orientación clave para mejorar la calidad del fruto, reducir pérdidas y acceder a mercados más exigentes con protocolos más sostenibles.

En la región de Ñuble, la cereza sigue consolidándose como uno de los cultivos estrella del sector frutícola chileno, gracias a su alta demanda internacional y su excelente rentabilidad. Sin embargo, las exigencias de calidad de los mercados de destino y la necesidad de minimizar pérdidas han llevado a que productores y asesores técnicos refuercen las estrategias de manejo durante las etapas de cosecha y postcosecha.

Recientemente, especialistas compartieron recomendaciones clave para optimizar estos procesos, con foco en preservar la condición y el sabor de la fruta, aumentar su vida útil y garantizar que cumpla los rigurosos estándares de los clientes internacionales. Entre los puntos más relevantes, se destacó la importancia de realizar cosechas oportunas, evaluando el índice de madurez con herramientas objetivas y capacitaciones al personal encargado de la recolección, a fin de evitar daños mecánicos o fisiológicos.

En la postcosecha, los técnicos hicieron hincapié en la necesidad de un enfriamiento rápido y uniforme, considerando el efecto directo que tiene la temperatura en la respiración del fruto y su tasa de deterioro. Contar con cámaras de preenfriado eficientes y protocolos de transporte a temperatura controlada se vuelve cada vez más indispensable para mantener la calidad de las cerezas chilenas desde el huerto hasta la mesa del consumidor final.

Además, se abordaron buenas prácticas de manipulación en los centros de embalaje, tales como el uso de envases adecuados, la reducción de tiempos de exposición al calor y la implementación de sistemas de monitoreo para detectar variaciones en humedad o temperatura durante el almacenamiento. Estos aspectos son especialmente críticos para conservar firmeza, sabor y color, atributos altamente valorados en mercados como el asiático.

Productores y asociaciones locales valoraron la instancia técnica, subrayando que las recomendaciones permiten avanzar hacia protocolos más sostenibles y competitivos. También resaltaron que, ante un escenario global donde los precios pueden fluctuar y la competencia se incrementa, diferenciarse por calidad es la mejor estrategia para proteger ingresos y posicionar la cereza chilena como fruta premium.

En Ñuble, la superficie plantada con cerezos ha ido en constante expansión en los últimos años, incentivada por buenos retornos y el dinamismo de la demanda en el hemisferio norte. Sin embargo, este crecimiento ha puesto presión sobre los sistemas de manejo, obligando a modernizar prácticas para evitar mermas y potenciar la rentabilidad de cada hectárea.

Los asesores técnicos remarcaron que seguir capacitaciones periódicas, actualizar protocolos y aplicar tecnologías de monitoreo en cosecha y postcosecha no solo mejora la rentabilidad, sino que también aporta a la sostenibilidad ambiental, al reducir desperdicios y optimizar el uso de insumos.

La cereza chilena tiene un futuro prometedor en Ñuble, siempre que los productores continúen adaptándose a las tendencias internacionales y aseguren prácticas de cosecha y postcosecha de alta calidad. La coordinación entre autoridades, técnicos y agricultores será clave para consolidar esta fruta como embajadora del agro chileno, capaz de conquistar los paladares más exigentes del mundo.

Agrolatam.com
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