El riesgo acecha en la altura: el monitoreo que busca proteger a las fresas panameñas
En las Tierras Altas de Chiriquí, la amenaza de plagas pone en alerta a los productores de fresa. El MIDA intensificó controles para evitar daños a un cultivo clave para la economía y el empleo en la región.
Panamá refuerza el control fitosanitario en fresas de Tierras Altas ante presencia de plagas
El cultivo de fresa en Panamá, particularmente en la región de Tierras Altas, no solo representa una fuente importante de ingresos y empleo para cientos de familias rurales: también es un símbolo del esfuerzo productivo nacional. Sin embargo, su sostenibilidad está hoy bajo amenaza debido a la presencia de plagas que podrían afectar el rendimiento y la calidad del fruto.
Frente a esta situación, el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) anunció que está llevando a cabo intensos monitoreos fitosanitarios en fincas de los corregimientos de Cerro Punta, Volcán y Bambito, áreas donde se concentra la mayor producción de fresa del país. Los trabajos son realizados por técnicos del Departamento de Protección de Plantas de la Dirección Regional del MIDA en Chiriquí, con el objetivo de detectar, prevenir y contener brotes de plagas que podrían afectar la campaña actual.
Entre los principales organismos que se están observando se encuentran ácaros, trips, nematodos y enfermedades fúngicas como la botritis. Estos agentes pueden causar desde deformaciones en los frutos hasta pérdidas totales del cultivo si no se actúa a tiempo. La presencia de estas plagas no es nueva, pero las condiciones climáticas recientes -con mayor humedad y temperaturas variables- han favorecido su desarrollo.
Según informaron los técnicos del MIDA, se están utilizando trampas adhesivas amarillas, evaluaciones visuales de campo y métodos de diagnóstico de laboratorio para identificar tempranamente la presencia de organismos nocivos. "La vigilancia oportuna es esencial para evitar el uso excesivo de productos químicos y para proteger tanto al cultivo como al medioambiente", señalaron desde la institución.
El cultivo de fresa en Tierras Altas es uno de los más valorados por el mercado nacional. Panamá produce más de 300 mil plantas de fresa por ciclo, con una alta concentración de productores familiares que dependen de este rubro para su sustento. La fruta es altamente demandada tanto en ferias como en cadenas comerciales y restaurantes. Por eso, un brote descontrolado podría impactar de manera directa sobre la seguridad económica de los productores y el abastecimiento local.
El MIDA también informó que se están realizando capacitaciones a los productores para que puedan identificar síntomas tempranos de infestación y aplicar buenas prácticas agrícolas. Entre ellas, destacan el manejo del riego, la ventilación de los invernaderos, la rotación de cultivos y el uso racional de insumos agroquímicos. Asimismo, se promueve el uso de métodos de control biológico como alternativa sostenible.
Este tipo de acciones se inscriben dentro de una política más amplia de fortalecimiento del sistema nacional de sanidad vegetal, que incluye además la vigilancia en otros cultivos estratégicos como tomate, pimentón y hortalizas de hoja. En un contexto donde el cambio climático altera la dinámica de las plagas, el monitoreo permanente se vuelve una herramienta indispensable.
Para los productores de fresas en Tierras Altas, el monitoreo no es solo una cuestión técnica: es una garantía de que su esfuerzo tendrá continuidad. En zonas donde el acceso a la asistencia técnica es limitado, la presencia del Estado en campo marca la diferencia. Y en este caso, el acompañamiento institucional llega a tiempo para proteger uno de los cultivos más emblemáticos del agro panameño.